Así es la localidad de artesanos donde creció la mallorquina Cata Coll: la portera de la selección española de fútbol que conquistó el mundo

En marzo se celebra la Fira del Fang, una de las más esperadas del calendario mallorquín. Es la única feria dedicada exclusivamente a la alfarería y la cerámica, y reúne a centenares de artesanos locales, de la Península e incluso del extranjero. Es también un gran impulso para localidades como Pòrtol y Sa Cabaneta, donde la tradición ceramista se mantiene viva desde el siglo XVIII gracias a la presencia de una cantera de arcilla roja. Durante todo el año se pueden visitar talleres artesanos y conocer personalmente a sus maestros ceramistas, guardianes de un oficio que forma parte de la identidad del lugar.

En ese entorno de trabajo cuidadoso y cultura de oficio creció Cata Coll. Empezó a jugar al fútbol con solo seis años en el equipo de Sant Marçal y tras unos años de jugar como central probó la portería. Pronto destacó por su carácter y reflejos. Pasó por el Athletic Marratxí y el Collerense, y en 2019 fichó por el Barça. Tras un año de cesión en el Sevilla la mallorquina regresó a Barcelona donde se ha terminado afianzando como un pilar fundamental de la plantilla. Su palmarés no ha dejado de crecer desde entonces: campeona del mundo Sub‑17 en 2018, campeona del mundo en 2023, multitud de títulos con el club blaugrana y una presencia cada vez más sólida en el fútbol de élite.

Regresando al lugar donde nació, Cata Coll siempre ha afirmado que «es un orgullo y un honor llevar el nombre de Marratxí y, cómo no, el de Pòrtol por todo el mundo». Marratxí esta formado principalmente por cuatro núcleos de población, los más poblados y tradicionales, que son: Sa Cabaneta, Pòrtol, el Pont d'Inca y el Pla de na Tesa. El municipio, situado al noreste de la capital balear y considerado como el primer municipio de la comarca del Raiguer, cuenta con casi 40.000 habitantes. Unos 4.000 viven en Pòrtol.

La población de este municipio ha crecido en los últimos años debido a la proliferación de nuevas urbanizaciones alrededor de los núcleos más antiguos debido a su cercanía a Palma y a las buenas comunicaciones que tiene gracias a la autopista y a la línea de tren. En 2024 Cata Coll fue nombrada Hija Ilustre de Marratxí, un homenaje que recibió con orgullo y humildad. Cientos de personas, sobre todo niños y niñas, le mostraron una vez más su apoyo haciendo acto de presencia. Allí, la campeona firmó autógrafos antes de recibir el reconocimiento. En el acto se descubrió un cuadro en homenaje al deportista, de la pintora mallorquina Nuria Bosch, que permanecerá expuesto en la sala de plenos del consistorio y se le entregó una escultura de sus guantes con motivos de siurell, como los que usa la portera.

Cata Coll se mostró muy emocionada por ser reconocida en su lugar de nacimiento. «Para mi es un orgullo y un honor y sobre todo una gran responsabilidad recibir esta distinción. No sabéis lo que significa para mi escuchar una noticia que se refiere a mi como la portera de Pòrtol, me recuerda de dónde vengo y de dónde estoy. Gracias por recordarme, por darme ánimos en los momentos más difíciles y gracias por todos estos momentos vividos», dijo la jugadora en su discurso.

Coll también recordó sus orígenes, a Miquel Ramis, quien conoció en los Campus de Verano de Sant Marçal, su primer entrenador de porteros, Ernesto «Pinocho» Vargas, «que ya sacó esa vena competitiva que tengo ahora» y su entrenador, Pablo Roca «quien me ha formado como portera y ha creído en mi desde el minuto uno y todavía lo sigue haciendo». La portera dedicó un mensaje especial a Pedro Bibiloni, «Bibi», su primer entrenador en el Sporting Sant Marçal, al que ha dio las gracias «por ser un segundo padre y ser el primero que confió en mi para ponerme debajo de los tres palos. Gracias a ti estoy aquí».