El defensa del Rayo Vallecano, Pep Chavarría, golpea el balón ante el centrocampista del Real Madrid, Marco Asensio, durante un encuentro del campeonato de Liga en el Santiago Bernabéu. | Rodrigo Jimenez

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El Aston Villa es un proyecto en vías de crecimiento para Marco Asensio. Los de Birmingham, condenados al ostracismo de la lucha por el descenso con Steven Gerrard, fueron rescatados por la mano de Unai Emery y ahora disputarán competición europea por primera vez en más de una década y con visión de ir más allá.

El fichaje de Asensio, no hace tanto uno de los jugadores más prometedores del mundo, frenado por una irremediable lesión de rodilla, sería el salto definitivo de los 'Villanos', uno de los pocos equipos que semana tras semana canta el «Somos campeones de Europa, vosotros nunca podréis cantar eso».

Su retorno a una Europa que conquistaron en 1982 -siendo el primer equipo inglés en ganar la competición- será dos escalones por debajo, en la Liga Conferencia, pero supone la transformación completa de un club que, con Gerrard a su mando, sufría para mantenerse, y que con Emery ha escalado varios niveles.

El técnico español llegó con las intenciones claras: «Quiero jugar en Europa con el Villa», pero nunca pensó en lograrlo en la primera campaña. A ello ha ayudado mucho, muchísimo, un Ollie Watkins que ha anotado trece goles en Premier desde finales de enero. Sus goles han valido muchos puntos, incluidos los tres que conquistaron en la última jornada ante el Brighton & Hove Albion y que supuso la clasificación a la Liga Conferencia, por delante de equipos con proyectos más ambiciosos como el Tottenham Hotspur.

Emery ha impuesto un fútbol efectista en Villa Park sustentado en la rapidez arriba de jugadores como el propio Watkins, Jacob Ramsey -trece goles generados en liga- y un Leon Bailey que por fin empieza a justificar los 32 millones que pagaron por él al Bayer Leverkusen en 2021. Con Emi Buendía y Jhon Durán como suplentes, el que ha caído en el olvido ha sido Philippe Coutinho, que no juega desde mediados de febrero.

En el centro del campo, jugadores como John McGinn, Leo Dendoncker y Douglas Luiz ponen el liderazgo y la creación, mientras que uno de los aspectos más sorprendentes de este equipo está en la pareja de centrales, donde el buen hacer de Tyrone Mings y Ezri Konsa han relegado al banquillo a Diego Carlos. El brasileño, que llegó del Sevilla por más de 30 millones, se lesionó de gravedad el tendón de Aquiles pero, pese a volver al grupo en marzo, solo ha disputado veinte minutos.

En el lateral izquierdo destaca el exmallorquinista Álex Moreno, petición especial de Emery en el pasado mercado invernal y que ha caído de pie en esta Premier League.

En la portería, Emiliano Martínez es genio y figura, con la vitola de campeón del mundo el meta argentino ha dejado su puerta a cero en once ocasiones esta temporada, las mismas que Ederson Moraes, del Manchester City.

En manos de capital egipcio y estadounidense, la inversión en el Villa está garantizada. La pasada temporada se dejaron entre las dos ventanas de fichajes cerca de 80 millones en incorporaciones y con los ingresos adicionales de disputar competición europea, la financiación puede dar un salto, sobre todo si son capaces de atraer talento como el de Asensio.

Además, en la parte deportiva, el club se ha reforzado con la contratación de ojeadores como Alberto Benito y Pablo Rodríguez, que vienen del Betis y del Villarreal. Mientras que Benito coincidió con Emery en el Toledo y ha trabajado con él en el París Saint Germain y en el Arsenal, Rodríguez fue ojeador del Valencia durante diez años.