Imagen de Son Moix. | R.D.

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El fútbol español está en vilo. Este martes, el Congreso afronta una nueva reunión en la que se pone sobre la mesa la nueva Ley del Deporte. La redacción de ésta tiene la sombra muy larga y las controversias generadas puede llevar a La Liga a preparar un parón para este fin de semana y llevar a la huelga a 39 de sus 42 clubes que pertenecen a la patronal.

En la elaboración de la Ley del Deporte, hay tres enmiendas en las que los clubes y La Liga exigen que se cumplan para que no se acabe de concretar la huelga del patronal. En realidad ya tenían todo esto pactado en el paso anterior de esta Ley del Deporte, pero PSOE y PP retiraron, a última hora, las enmiendas que defendían los clubes (39 de los 42, todos menos Madrid, Barça y Athletic). Ante esta nueva situación se abre un panorama incierto, en el que cobran mucha importancia las dos reuniones de esta semana de los clubes: miércoles Comisión Delegada y jueves Asamblea en las que decidirán sobre si detienen LaLiga con un parón patronal.

Los clubes piden que se cumplan una de las tres enmiendas que proponen. Protección en la explotación comercial de sus derechos (CVC, acuerdos, patrocinios...), cambios en las normas (no depender en ningún momento de modificaciones por parte de la RFEF) y protección ante una más que probable Superliga. Los clubes no son optimistas con esta situación y tan sólo exigen que se cumpla una de ellas y la que interesa más es la protección de la explotación comercial de sus derechos.

Con el cumplimento de una de las enmiendas, se paralizaría la huelga por el momento. Sin embargo, al serial le quedan algunos capítulos más de cara a futuras intervenciones en el Senado y antes de llegar al Senado, el Congreso tiene que dar la negativa a la Ley del Deporte. Ahora mismo todo está en manos de una enmienda de Ciudadanos con Compromís. Varios partidos les apoyan, pero necesitan el voto de PP o PSOE, que tienen más votos.

El Secretario General de Deporte y Cultura, Victor Francos dejó unas declaraciones que permiten un cierto optimismo de cara a un futurible acuerdo.«Con la comercialización, nosotros lo que tenemos que hacer es: que la legislación quede para que CVC siga», afirmó. Al final, están condenados a entenderse, porque la huelga es una condena para ambos. Unos pierden durante un fin de semana una facturación inmensa a nivel nacional y los otros tienen un calendario tan cargado que hace impensable mover la fecha a otra semana.