El ibicenco Alejandro Cabrera posa junto al escudo de su nuevo equipo, el Atlético de Madrid.

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Los grandes del fútbol español siguen teniendo un caladero en los campos de Baleares. Casi cada verano hay algún ejemplo. Uno de los más recientes es el de Alejandro Cabrera, que a sus 13 años cambia el Mallorca por el Atlético de Madrid. Después de una temporada perfecta a las órdenes de Toni Suau en Son Bibiloni -además de su buen nivel de juego ha marcado 24 goles-, el joven centrocampista ibicenco ha puesto rumbo a la cantera colchonera para seguir creciendo deportiva y académicamente.

Cabrera es una de las grandes promesas del archipiélago y el Mallorca ya detectó su talento mientras jugaba en la Penya Blanc i Blava. El club bermellón desplegó las redes y las extendió sobre él en 2020, aunque permaneció cedido en la pitiusa mayor la primera temporada, antes de subir de nivel con los infantiles del conjunto bermellón. Allí dibujó una progresión meteórica que atrajo la mirada de otros clubes y que le planteó varias salidas. Tras meditarlo mucho, él y su familia eligieron al Atlético. No fue una decisión sencilla. Agradecen el trato que les ha brindado en todo momento el Mallorca y la importancia que ha tenido hasta ahora en su formación.

Talento balear para los grandes

Otro jugador mallorquín que ha fijado su destino en uno de los colosos es el inquense Andrés García, de 19 años. Delantero de grandes cualidades, ha cambiado el Valencia, donde ha ido creciendo en los últimos años, para ir un poco más allá en la cantera del Real Madrid. Tras marcar 20 goles en División de Honor en las dos temporadas anteriores con el conjunto che, proseguirá con su evolución en Valdebebas con la idea de llegar lo más alto posible. Ya entrena desde hace días en el cuartel general del conjunto blanco, ha firmado un contrato para las tres próximas tres temporadas y como madridista, en principio, trabajará a caballo entre el tercer equipo y el Castilla.