Los jugadores de la selección española de fútbol entrenan este sábado en el estadio de La Rosaleda, en Málaga, donde preparan su partido de la UEFA Liga de las Naciones ante la República Checa. | EFE

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Recuperadas las opciones de pelear por el acceso a la fase final de la Liga de Naciones tras el triunfo en Suiza, la selección española pretende recuperar la contundencia en zonas clave, en su propia área y en fase ofensiva, y silenciar la duda a base de goles, ante una República Checa que perdió eficacia en Portugal tras comenzar liderando el grupo y sacar un empate a la Roja en Praga. Ha entrado España en un momento de duda que necesita despejar con una imagen de autoridad.

La exigencia es tan alta, que un triunfo en la casa de Suiza, selección que no perdía de local en 23 partidos y casi ocho años, aumenta la sospecha por la falta de contundencia en las dos áreas, en vez de provocar el elogio al triunfo. El solitario tanto de Pablo Sarabia dio forma a la reacción esperada. «Interesa generar dudas sobre la selección», opinó Luis Enrique.

Se esperan menos rotaciones del seleccionador español, que tan solo ha mantenido de inicio como intocables en los tres partidos disputados a Unai Simón, Gavi y Sarabia. A las bajas de Thiago y Raúl de Tomás, que ya abandonaron días atrás la concentración, se puede sumar Íñigo Martínez por un pisotón que le ha afectado a un dedo. Todo apunta a los regresos de Carvajal y Eric García, con la lupa puesta en cada actuación con España, a la defensa. Rodri y Carlos Soler serían alternativas de inicio a Sergio Busquets y Marcos Llorente, mientras que en ataque el rendimiento de Sarabia es un argumento para mantener su plaza y tienen opciones Marco Asensio y Dani Olmo.