Javier Aguirre y Toni Amor, primer y segundo entrenador del Mallorca. | Teresa Ayuga

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El Mallorca lleva cuatro meses con la puerta abierta, 53 días sin celebrar un gol junto a su afición y siete jornadas totalmente en blanco. Metido tras las rejas de la clasificación, el conjunto bermellón ha ido perdiendo peso y altura a medida que el camino se estrechaba y llega al momento de la verdad con los argumentos justos y la obligación de reformarse, sobre todo en su estadio. Tras casi un mes de maniobras lejos de su centro de operaciones, el equipo volverá a casa este fin de semana para presentar el plan de evacuación que Javier Aguirre empezó a aplicar en Getafe y agarrarse a la cuerda que debería sacarle de pozo. La escuadra isleña, que es la que más factura como local de todas las que están implicadas en la batalla por la salvación, quiere aprovechar esa vía para recortar terreno. Empezando mañana ante un Atlético que planea ahorrar combustible para seguir viajando por Europa y al que ya desnudó no hace tanto.

Javier Aguirre se sentará por primera vez en el banquillo local de Son Moix con las ideas muy claras. Sabe el técnico mexicano que muchas de las opciones que tiene el Mallorca de redactar un final feliz pasan por su rendimiento en los duelos directos —en estos ocho últimos capítulos se enfrentará a Elche, Alavés, Granada y Rayo—, por una rehabilitación defensiva a la que empezó a acercarse en el Coliseum y por todos esos puntos que aspira a rebañar en su estadio frente a rivales de rango superior. El partido contra el Atlético le ofrece la posibilidad de avanzar hacia las dos últimas metas. A su vez, el Vasco tendrá mucho más a lo que aferrarse frente a un conjunto lanzado —acumula seis victorias seguidas en el torneo regular— que cuatro días después de pasar por la caja de Son Moix jugará el partido más importante de la temporada.

Aguirre, que seguramente seguirá recostado sobre el esquema con tres centrales que alineó en su puesta de largo, ya conoce que no podrá contar para este partido con Franco Russo, uno de los goleadores en la conquista del Metropolitano.Eso sí, ganará en experiencia y galones con la vuelta de futbolistas como Antonio Raíllo,Jaume Costa o Martin Valjent, en los que no pudo confiar hace una semana. El Mallorca va a necesitar la mano de su afición para volver a la superficie y evitar que la grieta que tiene ante sus pies se siga agrandando. En este caso, el cuadro bermellón ya sabrá cuando empiece su partido lo que han hecho los dos equipos que le preceden en la clasificación. El Granada abrirá esta noche la jornada en el Sánchez Pizjuán y el Cádiz disputará, a partir de las 14.00 y contra el Betis, el primer encuentro del sábado. Se trata, en cualquier caso, de un arma de doble filo, ya que podría salir al campo con una presión enorme sobre los hombros si esos dos resultados le son desfavorables.

El auditor del Mallorca será un Atlético de Madrid que comenzó a preparar ayer el encuentro tras la derrota (1-0) contra el Manchester City en la Liga de Campeones. Y ha empezado a trazar el plan de asalto a Son Moix con las bajas de José María Giménez y Héctor Herrera —ambos se recuperan de sus lesiones— y la duda de Stefan Savic, que se retiró de la sesión en los primeros minutos por un percance en el pie izquierdo. Tampoco completaron el entrenamiento entero ni Jan Oblak ni Joao Félix ni Renan Lodi, aunque ya estaba programado que sólo trabajaran en una parte de la sesión.