En la imagen, los futbolistas del primer equipo del Poblense, que esta temporada están firmando otro año muy bueno. | Pilar Pellicer

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El Poblense siempre vuelve y demuestra que es capaz de reinventarse para regresar otra vez a situar su nombre entre los mejores del fútbol balear. Al término de la pasada temporada descendió de Segunda B para regresar a Tercera y confeccionar un proyecto nuevo. Un descenso siempre supone un revés anímico para el club que lo sufre, pero el Poblense se reinventó, armó un nuevo equipo y confió el plan a un entrenador de primer nivel como Pep Barceló.

Todos los inicios son complicados y esta temporada hubo un momento difícil donde se perdieron muchos puntos y no se consiguió ser regular. «Ese bache lo superamos y el equipo fue creciendo. Los jugadores se adaptaron a la forma de trabajar y los resultados acompañan», reflexionaba el entrenador. Con el paso de las jornadas el equipo ya está metido en zona de playoff y sus números más llamativos se encuentran en los goles: 62 a favor y solo 20 en contra.

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El Poblense está en buenas manos, las de Guiem Alzamora, segundo entrenador; Biel Soler, entrenador de porteros; Sebas Comes, preparador físico; Joan Llabrés, delegado; José Luis García, doctor; Pep Barceló, entrenador; Pere Antonio Fernández, fisioterapeuta y Joan Villalonga, delegado de campo.

Goleadores

En sus filas tiene a futbolistas de una gran capacidad goleadora como Antoni Peñafort (13 tantos), Miquel Alorda (11) y Mateu Ferrer (7). El equipo ha tomado contacto con la categoría y los que se estrenan han dado un paso adelante. En esa zona alta el Mallorca B es el gran candidato a conseguir el título de Liga, pero eso no resta interés por lo que está sucediendo desde la segunda a la octava posición donde hay siete equipos en un pañuelo. El Poblense es cuarto con 58 puntos y quiere mantener el ritmo en esta fase definitiva del curso. Pese a que el presupuesto se recortó a final de temporada, el gran reto de estar arriba se ha cumplido. «Fue el mensaje del presidente del club, Miquel Molondro y del director deportivo, Martí Munar. Entendían que el Poblense tenía que estar arriba, no tal vez como una obligación, pero sí como un deseo de club. Bajar de Segunda B supone un peaje duro y el Poblense ha conseguido, con 17 incorporaciones nuevas, que es complicado conjuntarlos a todos, volver a ser competitivo», razonaba el entrenador del Poblense.

El proyecto nació con la intención de ir creciendo y madurar poco a poco, pero los futbolistas se han adaptado tan bien al trabajo y a la idea de lo que el cuerpo técnico pide, superando las expectativas. «Al principio, con 21 equipos en la competición y una plantilla tan nueva la situación invitaba a pensar en situarnos a mitad de tabla y entendí que sería complicado. Empezamos a entrenar el 12 de julio y a partir de ahí trabajamos cuatro o cinco días. Le hemos dedicado tiempo a las correcciones, a ver vídeos para que entendieran qué queríamos y avanzar en la conjunción del grupo. Creamos una gran cohesión dentro y fuera del campo y todos hemos puesto de nuestra parte, cuerpo técnico, directiva y jugadores. Confío mucho en ellos», indicaba Barceló.