Morata (7) y Rodrigo (19) celebran el gol del primero, este domingo, en La Cartuja. | Reuters

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España cumplió con el guion y estará en Catar. Otro Mundial más al bolsillo para un equipo al que nuestra generación siempre ha visto en la competición por excelencia. El mismo que decepcionó a todo un país en 1982, levantó el vuelo en México 86 y tocó el cielo en Sudáfrica para pasar casi desapercibido en sus dos últimas apariciones: Brasil y Rusia.

Ahora toca hacer las maletas rumbo a Catar. Una Copa del Mundo exótica, que promete ser revolucionaria y lleva años (desde su elección como sede) envuelta en la polémica. Pero más allá de todo el revuelo que genera lo que rodea al torneo, España hizo los deberes ante Suecia (1-0). Sufriendo un poco más de lo esperado para marcar Morata cuando el partido agonizaba. Estallaba La Cartuja y la magia de Sevilla hacía su efecto en otra noche para recordar.

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El reciente balance en grandes torneos (semifinalista en la Eurocopa y subcampeona de la Liga de Naciones) sitúa a Luis Enrique y los suyos como un equipo a tener en cuenta a la hora de aspirar a algo, aunque el listón de 2010 quedó muy alto. Demasiado.

Será un Mundial con acento mallorquín. Al menos, en el banquillo. Rafel Pol asegura la cuota balear, aunque no descarten que pueda crecer la nómina. ¿Marco Asensio? ¿Sergi Darder? ¿Rafa Mir? El tiempo lo dirá...