Zinedine Zidane. | Reuters - SUSANA VERA

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Zinedine Zidane se despide del madridismo con una carta que este lunes publica el diario AS, en la que explica las razones de su renuncia al banquillo del Real Madrid, dejando claro que no se marcha por cansancio ni por la necesidad de un tiempo sin entrenar, y apuntando a la falta de confianza de las altas esferas como un factor decisivo.

«He decidido marcharme y quiero explicaros bien las razones. Me voy, pero no me tiro del barco y no estoy cansado de entrenar. En mayo del 2018 me fui porque después de dos años y medio con tantas victorias y tantos trofeos sentía que el equipo necesitaba un nuevo discurso para mantenerse en lo más alto. Hoy las cosas son diferentes. Me voy porque siento que el club ya no me da la confianza que necesito, no me ofrece el apoyo para construir algo a medio o largo plazo», desveló.

«Conozco el fútbol y la exigencia de un club como el Madrid, sé que cuando no ganas te tienes que ir. Pero aquí se ha olvidado una cosa muy importante, todo lo que he construido en el día a día, lo que he aportado en la relación con los jugadores, con las 150 personas que trabajan con y alrededor del equipo. Soy un ganador nato y estaba para conquistar trofeos, pero más allá de esto están los seres humanos, las emociones, la vida y tengo la sensación de que estas cosas no han sido valoradas, de que no se ha entendido que así también se mantiene la dinámica de un gran club. Incluso, de cierta forma, se me ha reprochado», añadió.

Zidane apuntó a la falta de memoria al hablar de las personas con más poder en el club y lamentó que, desde que en enero el equipo comenzó a perder títulos hasta firmar un año en blanco, no haber sentido de cerca la confianza que necesitaba en los momentos duros.

«Quiero que se respete lo que hemos hecho entre todos. Me hubiera gustado que en los últimos meses mi relación con el club y con el presidente hubiera sido un poquito diferente a la de otros entrenadores. No pedía privilegios, por supuesto que no, sino un poco más de memoria», achacó.

Para Zidane tal y como está montado el fútbol actual «la vida de un técnico en el banquillo de un gran club es de dos temporadas, no mucho más». Para que ello ocurra apunta que «las relaciones humanas son esenciales» y «son más importantes que el dinero y la fama».

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Y apuntó directamente a la filtración de nombres de entrenadores a los medios de comunicación desde el club. «Por eso me dolía muchísimo cuando leía en la prensa, después de una derrota, que me iban a echar si no ganaba el siguiente partido. Me dolía a mí y a todo el equipo porque estos mensajes filtrados intencionalmente a los medios de comunicación creaban interferencias negativas con la plantilla, creaban dudas y malentendidos».

En esos momentos fue cuando el vestuario se unió y se marcha agradecido a sus futbolistas. «Menos mal que tenía a unos chicos maravillosos que estaban a muerte conmigo. Cuando la cosa se ponía fea me salvaban con grandiosas victorias porque creían en mí y sabían que creía en ellos».

«No soy el mejor entrenador del mundo, pero soy capaz de dar la fuerza y la confianza que necesita cada uno en su trabajo, sea jugador, miembro del cuerpo técnico o cualquier empleado. Sé perfectamente lo que necesita un equipo. A lo largo de estos veinte años en el Madrid he aprendido que vosotros, los aficionados, queréis ganar, claro que sí, pero que ante todo queréis que lo demos todo. Y puedo asegurar que hemos dado el 100% de nosotros mismos por el club».

Zidane se marcha agradeciendo el cariño del madridismo que ha sentido tanto en su etapa de jugador como en las dos como entrenador. «Desde hace veinte años, desde el primer día en el que pisé la ciudad de Madrid y me vestí con la camiseta blanca me habéis dado vuestro cariño. Siempre he sentido que había algo muy especial entre nosotros. He tenido el gran honor de ser jugador y entrenador del club más importante de la historia, pero ante todo soy un madridista más».

Y le sumó el agradecimiento eterno al presidente Florentino Pérez, clave para que tras su primera dimisión como entrenador tras la conquista de su tercera Liga de Campeones consecutiva, le convenciese para volver a tomar el mando.

«Cuando en marzo del 2019 acepté volver a entrenar al Madrid después de un descanso de unos ocho meses fue porque el presidente Florentino Pérez me lo pidió, por supuesto, pero también porque vosotros me lo decíais cada día. Cuando me encontraba a uno de vosotros por la calle sentía el apoyo y el deseo de verme otra vez con el equipo», desveló.

«Comparto los valores del madridismo. He intentado transmitirlos en todo lo que he hecho, he intentado ser un ejemplo. Pasar veinte años en el Madrid ha sido la cosa más bella que me haya pasado en la vida y sé que se lo debo exclusivamente a Florentino Pérez que apostó por mí en el 2001, que peleó por mí, para hacerme venir cuando había cierta gente que estaba en contra. Lo digo de corazón, siempre le estaré agradecido al presi por ello. Siempre».