Tras acreditar un buen nivel en su particular fortín de sa Pobla, los azulgrana quieren elevar sus prestaciones a domicilio ante un rival que arrancó la temporada intratable y la pasada jornada fue capaz de rescatar un punto ante el ATB jugando con un hombre menos durante más de una hora.
Precisamente el delantero Esnáider, que vio dos amarillas ante los blanquiazules, será una de las ausencias destacadas en los locales, aunque es el Poblense el que llega más mermado. En la enfermería de los mallorquines hay hasta cuatro jugadores con un importante papel específico en la plantilla. Son los casos de Lucas Gilardoni, Mateu Ferrer, Mateo y Dani Benítez, que no podrá dar continuidad al gran encuentro que firmó el pasado domingo ante el Castilla.
El precedente ante el filial madridista invita al optimismo del Poblense, que ha demostrado su capacidad para poner en aprietos a todos sus rivales. Superado el primer tercio de la competición, ya se agota el período de adaptación a la categoría y de aprendizaje y empieza urgir afilar el colmillo competitivo. El formato de la liga ha reducido mucho el margen de error de los equipos y los de Troya aspiran a un triunfo que engorde su puntuación y les cargue de confianza en el tramo final de la primera vuelta.
Acreditada una buena solvencia ofensiva, el Poblense necesita blindarse atrás para elevar sus opciones ante un rival que ha superado las expectativas con las que partía a principio de curso. No en vano los madrileños también son un equipo recién ascendido y se han convertido en una de las revelaciones del curso.
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Lo que debería hacer el Poblense es pedir disculpas por meter a 1.000 personas el domingo pasado en su campo. Desde entonces no han dejado de subir los casos de Coronavirus en sa Pobla.