Los jugadores del Huesca celebran el ascenso del equipo oscense a Primera División. | Efe

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Después del ascenso del Cádiz la pasada jornada y 439 días desde que perdió la categoría, el Huesca volvió a Primera División con una victoria contundente frente al Numancia (3-0) con la derrota del Almería, que tendrá que conformarse con pelear en los «play off» tras perder frente a la Ponferradina 2-1.

El Huesca protagonizó una jornada de infarto con mucho en juego en la que el cuadro aragonés fue el mayor triunfador. Ante un equipo que se jugaba el descenso a Segunda B, no le tembló el pulso y se ganó con derecho propio su presencia en la máxima categoría del fútbol español.

El doblete de Rafa Mir y el tanto del japonés Shinji Okazaki, bastaron al Huesca para volver a LaLiga Santander un curso después de su agrio descenso. Lo consiguió ante un rival que sufrirá para continuar en Segunda División. El Numancia, deberá ganar al Tenerife, que no se jugará nada, y esperar las derrotas de sus rivales.

Sin duda, ajeno a esa pelea de abajo, el hombre más feliz del día fue el entrenador del Huesca. Míchel, después del partido, alabó a sus jugadores: «Trabajo y esperar. Un ascenso que se merecen los por todo el trabajo que han hecho este año. Es muy difícil ascender con los equipazos que hay y hemos sido los segundos más regulares hasta ahora. Teníamos una gran plantilla, hay momentos jodidos como la derrota del otro día y me alegro por ellos. No ha sido fácil. Orgulloso».

Esa fue la cara de la moneda. La cruz se la llevó el Almería, que como en muchos tramos de la temporada, con altibajos y con destituciones de entrenadores como Guti, falló en un momento clave para quedarse sin el ascenso directo.

No pudo con la Ponferradina, que después de ganar 2-1 logró la permanencia matemática. El equipo leonés, consciente de lo que tenía en juego, mordió a su rival y fue el brasileño Yuri, con un golazo en la segunda parte, quien se encargó de desmoralizar a sus rivales. Su tanto y el pitido final, desató una tangana tras el partido fruto de la desesperación de los jugadores del Almería. Tendrán otra opción en los partidos por el ascenso.

El Girona, con un doblete del uruguayo Christian Stuani que le confirma como el máximo goleador de la categoría, se mantuvo en la buena línea de los últimos partidos y ganó 2-1 al Cádiz, un invitado a la confirmación del cuadro catalán de su presencia entre los seis primeros.

Peor le fue al Zaragoza, que sigue en caída libre tras la reanudación de la competición tras el fin del estado de alarma. El equipo de Víctor Fernández volvió a caer por cuarta vez en los últimos cinco partidos y de manera estrepitosa ante un equipo de la zona baja.

El Albacete sacó los colores al Zaragoza y con un rotundo 4-1 en el que brilló Dani Ojeda con un doblete, se mantiene en Segunda División con poco pulso pero con vida. Un punto por encima del descenso, se jugará la vida en Cádiz la última jornada.

No falló el Fuenlabrada, que con otros resultados consiguió asentarse en la deseada sexta plaza. El Elche, un rival directo por ella, plantó cara a los madrileños, que sufrieron durante la segunda parte para conseguir la victoria. Jonathas, con un tanto de penalti, inquietó la victoria de los hombres de Sandoval, que finalmente respiraron con el 3-1 definitivo obra de José Rodríguez en el tiempo añadido.

Ahora, el Elche tendrá que esperar una derrota del Fuenlabrada en Coruña, donde el Deportivo se jugará la categoría contra el Fuenlabrada en la última jornada. La derrota frente al Mirandés 1-0 con una diana de Martín Merquelanz colocó al equipo gallego en el peor sitio posible: en Segunda B y sin depender de sí mismo.

El Albacete y el Lugo, que ganó 1-2 al Tenerife, serán los otros dos equipos que se jueguen con el Numancia y con el Deportivo el descenso al infierno de Segunda División B. Todos vivirán una jornada horrible que acabará con dos de ellos en un pozo de muy difícil salida.

Mientras, en el Rayo Vallecano, un nombre protagonizó un choque decisivo por ocupar la sexta plaza. No fue otro que el del internacional peruano Luis Advíncula, que permitió a Las Palmas empatar un choque (2-2) que tenía escritos los tres puntos en el casillero del cuadro vallecano.

El jugador sudamericano cometió un penalti absurdo sobre Cristian. Aunque el portero macedonio Dimitrievski detuvo el primer lanzamiento de Rubén Castro, el árbitro, Milla Alvendiz, mandó repetir el lanzamiento y el empate lució en el marcador, para desesperación de Paco Jémez, lució en el marcador. Sólo una carambola permitirá al Rayo luchar por el ascenso.

Otro que se quedó fuera de la pelea definitivamente fue el Sporting, que se pegó otro tortazo más en una temporada errática. El Extremadura, ya descendido, firmó la sentencia de muerte de un equipo que perdió 2-0 y que tendrá que esperar un año más para ascender.

Por contra, la alegría de La Rosaleda contrastó con la decepción asturiana. Los goles del venezolano Juanpi Añor y de Tete al Alcorcón certificaron la deseada permanencia de un equipo que estará un año más en Segunda División. Y en el partido intrascendente del día, el Oviedo, sin nada en juego, ganó 1-0 al Racing con un gol del ghanés Samuel Obeng.