El delantero del Athletic de Bilbao Iñaki Williams (c) pelea un balón con Xabier Etxeita (d) y el portero Roberto Santamaría, ambos del Huesca. | Javier Blasco

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Huesca 0-1 Athletic

Huesca: Santamaría; Miramón, Etxeita, Pulido, Diéguez (Ferreiro, min.69), Galán; Rivera, Moi Gómez, Yangel Herrera (Juanpi, min.57); «Chimy» Avila ("Cucho» Hernández, min.72) y Enric Gallego.

Athletic: Herrerín; Capa, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri; San José, Beñat; Susaeta (Ibai, min.68), Raúl García (Kodro, min.85), Muniain (Córdoba, min.74); y Williams.

Goles: 0-1. min.19. Raúl García (penalti).

Arbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Yangel Herrera, Enric Gallego, Diéguez, Moi Gómez y Miramón y al visitante Capa.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 24 de Liga disputado en el estadio de El Alcoraz de Huesca ante 6.729 espectadores.

El Ahtletic Club, con una victoria de oficio en el estadio de El Alcoraz de Huesca, sumó tres puntos de oro para alejarse de la zona de peligro de la clasificación y frenó la remontada que estaba protagonizando el conjunto altoaragonés en las últimas jornadas.

El triunfo del conjunto vizcaíno supone un duro golpe a la moral, pero también a las posibilidades de salvación, de un conjunto oscense que había firmado una tarjeta de siete puntos de nueve posibles en las últimas tres jornadas. Esto le había valido para pasar de estar prácticamente desahuciado a engancharse a la lucha por la permanencia que con la derrota se le vuelve a complicar.

El equipo de Gaizka Garitano demostró que le tiene tomada la medida al equipo aragonés al que goleó en la Copa del Rey, tanto en la ida como en la vuelta por 4-0, y al que volvió a superar, aunque en esta ocasión de manera más ajustada y más por veteranía y saber estar que por fútbol.

Por contra, los tres puntos logrados en Huesca permiten a los de Lezama un gran balón de oxígeno para alejarse del pozo del descenso y, a la vez, para poder mirar de reojo a la parte media-alta de la tabla clasificatoria.

En los primeros 45 minutos el Huesca no estuvo en un partido que fue desde el inicio espeso y sin apenas juego por parte de ninguno de los equipos aunque el dominio territorial y de posesión correspondió al Athletic.

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Sin embargo, los visitantes apenas profundizaron ante la ausencia de caminos al área de su rival porque en defensa los propietarios del terreno estuvieron bien plantados, todo lo contrario que en ataque.

El equipo altoaragonés no se pareció en nada al de las últimas jornadas. Estuvo medroso, le faltó presión y no supo sacar el balón jugado desde atrás.

Sin ocasiones, salvo un rechace de «Beñat» Intxausti en el primer minuto que a punto estuvo de introducir en su portería, el partido transcurrió en el centro del campo hasta que tras el saque de una falta en las cercanías del área local, en el minuto 19, Íñigo Martínez fue objeto de penalti por parte de Adrián Diéguez que transformó Raúl García.

Con el gol el conjunto vizcaíno movió el esférico igual que anteriormente pero esta vez sin prisas porque contaba con la ventaja del marcador a favor, mientras que el Huesca se mostró falto de ideas con el esférico en los pies cuando lo recuperaba e impreciso en los pases y los centros, especialmente, por lo que no creó ni una sola ocasión de gol.

Tras el descanso la situación no varió excesivamente al principio, con un juego encadenado, sin soltura y que beneficiaba a un Athletic que solo esperaba su oportunidad para sentenciar la contienda.

La tuvo en el minuto 60 Iñaki Williams, que se plantó ante el meta Roberto Santamaría quien le ganó el mano a mano y salvó a los suyos.

A partir de ahí el partido tomó otra trayectoria pues hubo más huecos y más movimiento en ambos bandos y mientras el conjunto vasco se aproximó en un par de ocasiones dando sensación de peligro el Huesca se estiró más y comenzó a rondar el área vizcaína, algo que no había ocurrido hasta entonces.

De hecho tuvo dos ocasiones claras en poco más de un minuto cuando se llegaba al 77, con un remate de David Ferreiro ante Yago Herrerín que repelió el cancebero visitante y un pase de Moi Gómez al que no llegó Enric Gallego en boca de gol y solo ante el meta.

Eran los mejores momentos de un Huesca que se había pasado el resto del partido muerto y enterrado y que había revivido con los cambios aunque volvió a recordar al equipo de la primera vuelta fallón ante la meta rival.

El resultado obligaba a los azulgranas y en los últimos minutos se volcaron sobre la meta del equipo de Gaizka Garitano que aguantó el tirón como pudo.

David Ferreiro y Christian Rivera ya cerca del final tuvieron sendas opciones pero el primero estrelló el esférico en el lateral de la red y el disparo del segundo lo atrapó Herrerín para darle la victoria a los suyos.