El central del FC Barcelona posa con el presidente del club, tras firmar su ampliación de contrato por cuatro temporadas mas. | Efe

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El jugador del FC Barcelona Gerard Piqué tiene claro que su única intención al renovar hasta el 2022, cuando tendrá 35 años, es porque sentía que «es el Barça o nada», subrayando que si el club no le hubiera ofrecido la renovación se habría planteado «quizá» el colgar las botas al término del presente contrato.

«Espero que sigamos siendo así de competitivos hasta que me retire. Ahora mismo no tengo ilusión de ir a ningún otro sitio; es el Barça o nada. Veremos al final del contrato cómo estoy de cabeza, más que de físico, y espero seguir cuantos más años posible en el Barça», auguró Piqué este lunes en la rueda de prensa de presentación de su renovación.

El catalán, que cumplirá 31 años el próximo 2 de febrero, dejó bien claro que su única oferta fue la del Barça porque no tenía intención de buscarse un lugar en ningún otro sitio, ni de escuchar a ningún otro club. Y, una vez renovado hasta 2022 con una cláusula de rescisión de 500 millones de euros, todavía confía en que esta no sea la última renovación.

«Estoy muy, muy feliz de celebrar mi renovación. Espero que no sea la última, pero lo veremos en un futuro. Si cumplo el contrato serán 14 años como profesional en el Barça, más 6 ó 7 años más en las inferiores, toda una vida. He sido culé desde que nací, es mi casa y el club de mi vida», se sinceró.

El central aseguró que su «instinto natural» era quedarse y que nunca se ha planteado otra opción. «Las cosas siempre me han ido bien. El paso era renovar aquí y espero que de por vida, por la trayectoria que llevo, por no haber tenido ningún año malo y ganar algún título y porque siempre hemos competido hasta el final», comentó tras reconocer que esta temporada «tiene buena pinta».

«No hemos tenido que escuchar ofertas porque con el Barça ha sido todo muy fácil. Quizá si no hubiera renovado lo hubiera dejado, no tengo ilusión de ir a otro club. Si no siguiera en el Barça lo más normal es que lo dejara», apuntó vaticinando que en cuanto no pueda seguir como blaugrana colgará las botas.

Por otro lado, aclaró que le gustaría ser uno de los capitanes del equipo, pero aceptó no ser ejemplar en aspectos clave para ser uno de ellos. «Siempre me he visto de capitán. Me hizo daño en el momento en que no lo fui, pero ahora es diferente. Yo soy un jugador diferente, me mojo más de la cuenta y hago más ruido y a veces un vestuario prefiere otro perfil de capitán», admitió al respecto.

«Intento ayudar siempre sea o no sea capitán. En algunas cosas no soy ejemplo, pero soy como soy y seguiré siendo así y no me arrepiento ni me escondo. Le dais mucho morbo al brazalete de capitán. Sea o no sea capitán seguiré siendo lo que soy y como soy y ayudaré igual. Es un mero trámite ser el cuarto capitán. Le dais más importancia de la que tiene, de verdad», se explicó.

Sobre su última polémica, Piqué no ha querido entrar a valorar la intención del RCD Espanyol de que el Comité Antiviolencia estudie su alusión al club blanquiazul como «Espanyol de Cornellà» por posible incitación a la violencia o xenofobia, pero ha reiterado que es una «una obviedad» que los pericos están en esa localización.

«Este fin de semana la 'Penya' jugaba en el Palau y es el Joventut de Badalona. El Espanyol está en Cornellà, es una obviedad. Pero no quiero hablar del tema porque hoy no toca, en un día tan importante como es el de la renovación», aseguró ante los medios en el Camp Nou.

Por su parte, el presidente del club, Josep Maria Bartomeu, celebró tener a Piqué en el club por muchos años. «Es un jugador que nació en la Masia, de los nuestros, culé desde que nació porque su abuelo se encargó que desde pequeño fuera súper culé. Es una renovación especial para nosotros, porque tenga el compromiso de seguir hasta el 2022, y creo que no será la última renovación. Ha ganado todo, le queda mucho por ganar. Deseo que cuando quiera dejar de jugar, que sea en el Barça», aseveró.