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El presidente del Grupo Mediapro, Jaume Roures, ha asegurado este viernes que el expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell, a quien ha puesto una querella por presunto espionaje industrial, no solo espiaba a la compañía audiovisual sino que también lo hacía «desde fuera» como candidato y después como presidente «a todos» en el club, incluido al entrenador de entonces, Pep Guardiola, quien fue alertado de ello por el propio Roures antes de que tomara la decisión de irse del club blaugrana.

«Rosell espiaba a todos en el club, al entrenador, a los empleados, al director general, al presidente. Pep Guardiola lo sabía, es uno de los primeros a los que se lo expliqué porque vivía en aquella casa y era bueno que supiera dónde estaba. No tengo por qué pensar que esto tuviera que ver con su salida del Barça, pero lo sabía», esgrimió Roures en rueda de prensa.

Guardiola anunció el 27 de abril de 2012 que no seguiría en el banquillo del Barça alegando que estaba «vacío» de energía y que se tomaría un año sabático, como así hizo yéndose a Nueva York antes de tomar las riendas del Bayern de Múnich. Según Roures, antes de tomar esa importante decisión Guardiola fue avisado por él mismo de que Rosell le espiaba los correos.

Pese a tener contrato y estar firmando la que de momento sigue siendo la mejor época del FC Barcelona en cuanto a títulos, con 14 de 19 ganados bajo su tutela, Guardiola optó por irse. El siguiente verano, en 2013, explotó en rueda de prensa, ya como técnico del Bayern de Múnich, contra Sandro Rosell y su Junta Directiva.

«Que hagan su trabajo, que estén contentos con los jugadores que tienen. Les deseo todos los éxitos del mundo porque una parte es culpa mía porque no hace falta que diga lo que significa este club para mi. Pero hay muchas cosas este año que se han pasado de la raya. Utilizar la enfermedad de Tito Vilanova para hacerme daño, eso no lo olvidaré nunca», manifestó Guardiola el 11 de julio de 2013.

Ese mismo día Guardiola aseguró sentirse especialmente dolido porque el Barça, para él, había usado su relación con Tito Vilanova, al que dijo haber visto en Nueva York todas las veces que pudo ("Y si no le he visto más ha sido porque no ha sido posible, pero no por parte mía», aclaró) como un ariete en su contra. «Justificar que quiera que le vaya mal a un compañero que he tenido tanto tiempo y me ha ayudado tanto eso es de muy, muy, muy mal gusto. No me lo esperaba. De unos y otros», subrayó.

En este sentido, prosiguió con sus críticas a la Directiva de Sandro Rosell. «Durante este año me marché a 6.000 kilómetros y le pedí al presidente que me dejara en paz y tranquilo. Y no lo han conseguido. Ni han cumplido su palabra, no la han cumplido. CumplI mi etapa y me marché. No fue su responsabilidad, fui yo el que decidí marcharme a 6.000 kilómetros», recordó entonces.

Roures cree que igual que Guardiola y todos los espiados, el FC Barcelona es «víctima» en este caso porque «fue espiado por Rosell y su entorno durante un largo periodo». «Fueron espiados desde fuera por Rosell y algún grado de responsabilidad tiene. Cuando Sandro accedió a la presidencia le hizo un gran contrato (a Cama, el espía dentro de Mediapro) de más de 100.000 euros con el FC Barcelona cuando tenía un contrato de exclusividad con esta casa», alegó.

«Tengo la sensación de que engañan al socio para llegar al poder. Y la gente que ocupa sitios importantes en el fútbol se cree capacitada para hacer cualquier cosa. El Barça puede llegar a ser dirigido por cualquier miserable que tenga algo de labia. Sandro es un amoral, lo ha sido siempre. No creo que esto le hubiera afectado en lo más mínimo. Desconozco las razones por las que se fue. Pero es sorprendente que el presidente más votado se vaya un día y nadie hable de él», cargó contra Rosell.

Roures, que negó que ni él ni nadie en Mediapro hayan participado «ni directa ni indirectamente en ninguna campaña electoral», se mostró muy agresivo hacia Rosell. «No me extrañaría que Rosell utilizara esta información robada para hacerse amigo de otros a quien le interesara, forma parte de su manera de ser, un fantasma. Pedí explicaciones a Rosell, me dijo que recibía los correos pero que los borrada. 'Hago delete, delete' me dijo, le saldrían callos de hacerlo durante tres años. Es un miserable, leía las cosas que pasaban por mi ordenador y las iba explicando», aseveró.