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Getafe 2 - 1 Valladolid

Getafe: Moyá; Valera, Lopo, Alexis, Mané; Xavi Torres, Míchel (Abdel Barrada, min. 57); Pedro León, Diego Castro (Álvaro, min.57), Gavilán (Lafita, min. 66); Paco Alcácer.

Valladolid: Dani; Rukavina, Rueda, Peña, Balenziaga; Álvaro Rubio (Sastre, min. 75), Víctor Pérez; Ebert, Óscar, Omar (Bueno, min. 85); Manucho (Javi Guerra, min.69).

Goles: 0-1: Óscar, min. 45; 1-1, min. 73: Alexis; 2-1, min. 78: Lafita.

Árbitro: Clos Gómez (Comité Aragonés). Mostró cartulina amarilla a Gavilán (min. 12) y a Lopo (min. 36) por parte del Getafe.

El Getafe remontó al Valladolid y consiguió una victoria balsámica gracias a un golazo de Ángel Lafita, que a falta de quince minutos para el final de duelo logró un gol repleto de calidad con el que dio tres puntos a un equipo que sonaba a crisis después de dos derrotas consecutivas.

Fue el héroe de la jornada para el conjunto azulón, que necesitaba un revulsivo para despertar de un partido que el Valladolid había conseguido dormir a su gusto. El exjugador del Zaragoza, fichado este verano, ha tardado en aparecer, pero lo hizo a lo grande, firmando uno de los goles de la jornada.

Antes, rebobinando hacia atrás, se citaron dos clubes con un guión diferente para una misma película.

El equipo de Luis García necesitaba ganar después de dos derrotas consecutivas ante Betis y Atlético de Madrid. El cuadro madrileño es muy irregular. Por momentos, no encuentra un estilo definido, mientras que en otras ocasiones sí logra dar la cara y sorprender con resultados complicados como su victoria de hace tres jornadas en San Mamés frente al Athletic.

Y eso que este Getafe de Luis García tiene mucha calidad. Nombres como Pedro León, Jaime Gavilán, Diego Castro o Abdel Barrada así lo atestiguan. Sin embargo, algo pasa con una gallina de los huevos de oro que no acaba de sacar todo su valor sobre el césped.

Con el Valladolid en un momento feliz, en una situación cómoda de la clasificación y con los deberes hechos, el Getafe saltó al campo con la intención de quitarle el balón a un equipo que no reniega de él. Más o menos lo consiguió y durante los primeros cuarenta y cinco minutos, el cuadro de Luis García mereció obtener un buen botín antes de marcharse a los vestuarios.

No lo consiguió por culpa de uno de sus males endémicos de esta temporada, la falta de acierto de cara al gol. Pese a las clarísimas oportunidades de Jaime Gavilán, Diego Castro y Pedro León, nadie fue capaz de superar al guardameta Dani, muy acertado durante toda la tarde.

Mientras, el equipo de Djukic vivía por fases. De vez en cuando asomaba la cabeza para asustar al poco público que acudió al Coliseum Alfonso Pérez para ver a su equipo. Como el Getafe, al final casi sumó las mismas ocasiones. Sin tanto dominio, pero las tuvo, pero con una diferencia: el Valladolid hizo un gol.

Llegó en el minuto 45, el momento que llaman psicológico. Acertó Óscar González, que pudo batir a Miguel Ángel Moyá, hasta ese momento un muro. Antes, el portero del Getafe casi emuló a Iker Casillas con una parada a Manucho algo parecida a aquel disparo del sevillista Perotti que salvó el arquero del Real Madrid. Moyá consiguió detener la primera, pero no la segunda, que deprimió al Getafe en su camino hacia los vestuarios.

El descanso no sentó nada bien al equipo de Luis García, que salió ansioso al campo y con más corazón que cabeza para intentar arreglar un desaguisado importante. Sólo un disparo de Alexis Ruano creó cierta esperanza en el Getafe, que veía impotente como se le escapaba el partido.

Luis García intentó cambiar el devenir del duelo con dos cambios ofensivos que, de primeras, no funcionaron. Abdel Barrada y Álvaro Vázquez entraron al campo y no consiguieron aportar nada nuevo. El Valladolid, sin embargo, vivía feliz al contragolpe y pudo marcar algún gol más, pero el larguero evitó la sentencia tras repeler un disparo de Omar.

Cuando todo estaba muy negro para los locales, aparecieron las figuras de Alexis y de Ángel Lafita para acabar con la tensión que ya empezaba a palparse por el Coliseum, dispuesto a hacer sonar las alarmas con una posible pitada. El primero empató con un cabezazo a la salida de un córner y el segundo hizo su golazo que dejó al Valladolid sin puntos y al Getafe con una victoria balsámica después de dos derrotas consecutivas.