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El Real Madrid recibe a un Granada que disfrutará de un histórico regreso al estadio Santiago Bernabéu, advertido por José Mourinho de la peligrosidad del rival y de no afrontar un partido con la mentalidad adecuada, lección aprendida en el primer encuentro del año, cuando tuvieron que levantar dos goles en Copa del Rey al Málaga.

El toque de atención de Mourinho a sus jugadores en el descanso del partido de ida de octavos de final de Copa del Rey surgió efecto. El Real Madrid levantó dos goles de desventaja al Málaga y aprendió una lección que quiere extender ante el Granada. No puede saltar al campo sin la tensión suficiente y la mentalidad que le ha llevado a firmar de momento una inmaculada campaña.
Las críticas en rueda de prensa del técnico portugués, que acusó a algunos de sus jugadores de aprovechar las vacaciones navideñas para largos viajes y comer y beber en exceso, no ha tenido nombres propios dados por Mourinho. Sin embargo, ha descartado por decisión técnica a su lateral derecho titular, Álvaro Arbeloa, que fue sustituido en el descanso ante el Málaga, y también al portugués Fabio Coentrao.

La baja de Pepe, que debe cumplir un partido de sanción, la compensa el regreso de Sergio Ramos, recuperado de su lesión muscular. La ausencia de Arbeloa moverá a ‘Lass' Diarra al lateral derecho y devolverá la titularidad a Sami Khedira, una de las claves para la reacción copera.

También lo fue Mesut Özil que vuelve a tener ventaja sobre Kaká y se perfila titular ante el Granada. El mes de enero está cargado de partidos para el Real Madrid. Mourinho anunció rotaciones pero hoy admitió que no hará muchos cambios respecto al equipo copero. El técnico marca la Liga como el gran reto de la temporada: «Es la competición que más me gustaría ganar».

Con ese ambiente de euforia en las gradas por la remontada al Málaga, aterriza en el Santiago Bernabéu un Granada que buscará la proeza en su histórico regreso al estadio madridista, con la intención de iniciar el nuevo año tan bien como terminó el pasado y puntuar para mantenerse alejado de la zona de descenso. Málaga y Atlético de Madrid, por su parte, disputan un duelo de aspirantes europeos en La Rosaleda, el escenario del estreno en el banquillo del conjunto rojiblanco del argentino Diego Pablo Simeone y una prueba exigente para su equipo, necesitado de una reacción inmediata tras su desastroso fin de año.

El último tramo de 2011, con cuatro derrotas en cinco partidos oficiales y eliminación incluida en la Copa del Rey contra el Albacete, de Segunda B, fue nefasto para el Atlético, que, con cambio de entrenador -la salida de Gregorio Manzano y la llegada de Simeone-, espera un cambio de rumbo en los primeros días de 2012.
Por ahora todo son elogios para el técnico argentino, uno de los ídolos de la afición en su etapa como futbolista en el conjunto madrileño, en el que fue un hombre importante en el «doblete» de 1995-96, y ahora el recurso del club rojiblanco para levantar un equipo deprimido y que no ha pasado de la octava plaza en esta Liga.