Los mallorquinistas Martí, Nsue y Hemed se abrazan para celebrar uno de los goles conseguidos ante el Sporting en El Molinón.

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El Mallorca ya tiene en sus manos el libro de ruta de la Copa del Rey. Los baleares, que se deshicieron del Sporting en su primera etapa del recorrido por el torneo, se cruzarán ahora con la Real Sociedad en octavos de final para darle forma a una eliminatoria que se escenificará los días 3 (Anoeta, 22.00 horas) y 10 de enero (Son Moix, 20.00 horas). Sin embargo, la mejor noticia que le deparó el sorteo a los bermellones es que, a partir de ahí, encontrarán un paisaje accesible hasta la final. Los de Joaquín Caparrós han conseguido esquivar a los cocos de la competición (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla...), instalados la parte opuesta del cuadro, y si tumban a los donostiarras podrán permitirse el lujo de soñar con otra participación histórica.
La competición favorita del Mallorca ha cobrado un nuevo sentido gracias al bombo. Aunque desde el club se habían señalado como objetivos a los representantes de Segunda y Segunda B o a alguno de los grandes, el emparejamiento y la configuración del torneo en sus fases posteriores le han hecho un guiño al campeón del 2003. Aún así, nadie en Son Moix quiere mirar más allá de la doble confrontación ante la Real. Si se supera, habrá que esperar al ganador de la eliminatoria Albacete-Athletic y se podrá abrir de nuevo la caja de las ilusiones.