Bailarines participan en la ceremonia de inauguración de la Copa América 2011 de Argentina en el estadio Ciudad de La Plata, en La Plata, provincia de Buenos Aires.. | Efe

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El espectáculo «El origen del Mundo», que se cerró con la interpretación de la canción «Creo en América», himno del torneo que cantó Diego Torres, abrió en el futurista estadio Ciudad de La Plata la 43 edición de la Copa América de fútbol.

La ceremonia inaugural de la competición se ha desarrollado poco antes del inicio del partido inaugural entre la selección anfitriona de Argentina y la de Bolivia, correspondiente al Grupo A.

El considerado estadio más moderno de Sudamérica acogió un espectáculo de luz y color que giró sobre una media esfera situada en el centro del campo, que hacía las veces de pantalla múltiple alrededor de la que giraban los participantes en el acontecimiento.

El espectáculo corrió a cargo de Shango Entertaiment y concluyó con la actuación de Diego Torres, acompañada por Ivete Sangalo y ChocQuib Town.

Un total de 250 personas entre bailarines, técnicos y artistas estuvieron presentes en espectáculo multimedia protagonizado por los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y agua y en la que en el vestuario de cada participante destacaban las luces cuyo color cambiaba y que llevaban en los brazos.

Sobre la esfera se proyectaron imágenes de goles y diferentes acciones futbolísticas de anteriores ediciones del torneo y un mapa de Argentina, que acoge la competición después de veinticuatro años, pues la última Copa que se jugó en el país se remonta a 1987.

Todo ello en un estadio en el que destaca el inmenso marcador de cuatro caras ubicado en la parte alta, justo sobre el círculo central del terreno de juego de un recinto que ofrece la posibilidad de que todas las localidades estén a cubierto, ya que el voladizo que rodea todo el graderío llega prácticamente al borde del terreno de juego.

La capacidad es para 36.000 espectadores sentados y la red de cables y piezas de acero de la cubierta permite que el estadio ofrezca una imagen vanguardista.

Sólo permanecieron ajenos al espectáculo los jugadores de las dos selecciones, que se preparaban en el vestuario para saltar al terreno de juego a calentar.

Cuando acabó la interpretación de Diego Torres, los aficionados argentinos empezaron a animar a su selección, al igual que hizo el millar de seguidores bolivianos que acudieron al estadio.