Michael Pereira y Pierre Webó (10 goles entre ambos) celebran uno de los tantos anotados por el Real Mallorca en la presente temporada. El camerunés, que cumplirá su partido 100 en Liga vestido de mallorquinista, firmó el triunfo ante el Athletic de Bilbao el lunes pasado. | Monserrat

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Después de ahuyentar los fantasmas y alejarse de las arenas movedizas, el equipo isleño afronta hoy (21.00 horas) un reto suculento con Europa en juego. Real Sociedad y Mallorca se citan esta noche en Anoeta con la séptima plaza -da acceso a competición europea por la final copera entre Real Madrid y Barça- en el horizonte. El bloque que capture hoy el botín amasará ya 34 puntos, igualará al Sevilla, superará al Atlético de Madrid y presentará su candidatura a la próxima edición de la Europa League.

Donostiarras y mallorquinistas acuden al envite empatados a puntos y sensaciones. La expedición isleña, que se encuentra en Donosti desde primeras horas de la tarde de ayer, se autoexige la victoria. Al menos, no entregar los tres puntos.

Arranca esta noche una semana maratoniana, con tres duelos en ocho días. Las próximas citas ante Barcelona (el sábado en Son Moix) y Espanyol (el martes día 1) marcarán el destino de un Mallorca que, sin dejar de mirar al fuego -tiene una renta de ocho puntos en relación al descenso- se ha fijado atar la permanencia lo antes posible y soñar con la séptima plaza en el último tercio del campeonato.

Tanto Real como Mallorca están firmando una trayectoria calcada. Con subidas y bajadas, ambos han sabido sobreponerse a las malas rachas para alejarse de forma casi definitiva del peligro e instalarse en la zona tranquila.

Desde que cruzaron el primer tercio del curso, se han movido entre la sexta y la undécima plaza. Siempre a tiro de piedra de la trinchera europea. La escuadra de Martín Lasarte se está apoyando en su eficacia en Anoeta para mantenerse alejado del peligro y cerca del éxito.

Aunque ha sufrido cuatro derrotas (Real Madrid 1-2, Atlético de Madrid 2-4, Valencia 1-2 y Sevilla 2-3) suma siete victorias con una curiosidad: gana siempre que su enemigo no marca. Y ha anotado en todos los partidos de Anoeta, ganando cuatro de ellos por la mínima (1-0).

El Mallorca, en cambio, flaquea a domicilio, donde alterna funciones notables en escenarios complicados -empates en el Camp Nou y el Reyno de Navarra y triunfos en el Pizjuán y Mestalla- con derrotas calamitosas en recintos teóricamente más asequibles. La escuadra de Laudrup, asimismo, ha cerrado casi la mitad de sus encuentros fuera (cinco de once) sin marcar y ha recibido más de dos goles en seis de ellos.

De hecho, el cuadro bermellón no factura un triunfo como visitante desde el pasado 21 de noviembre -hoy se cumplen tres meses- cuando se impuso en el Pizjuán al Sevilla de Manzano. Perdió las cuatro salidas posteriores y empató hace dos semanas en Pamplona, capturando un punto para la esperanza. La reacción se confirmó el pasado lunes con un triunfo ante el Athletic que cortó cuatro jornadas sin ganar y la primera victoria isleña en la segunda vuelta.

La nostalgia también ha sacado su abono para el duelo de esta noche. Dos rojillos con pasado donostiarra (Pep Lluís Martí y Emilio Nsue) recordarán los viejos tiempos vividos en La Concha en Segunda División. Ambos encontraron petróleo en San Sebastián. Martí recuperó el ritmo después de su irregular final como sevillista y Nsue dio un impulso de madurez notable que le permitió regresar el pasado verano a la Isla y convertirse, en apenas unos meses, en uno de los futbolistas básicos dentro del esquema de Michael Laudrup. Sólo él y Pereira han intervenido en todos los encuentros del curso.

Sólo él y Pereira han intervenido en todos los encuentros del curso. Durante la semana, algunos de los ex compañeros de Nsue en el vestuario donostiarra han elogiado el buen nivel mostrado por Emilio vestido de blanquiazul.

Laudrup tirará de su once de gala con el único cambio obligado de Rubén González por el lesionado Iván Ramis. El resto, salvo sorpresa mayúscula, los mismos que tumbaron al Athletic de Bilbao (1-0). El experimento de fijar a Nsue unos metros por detrás de Webó está surtiendo efecto y, de momento, el internacional sub-21 se mantendrá en la vanguardia. Por detrás, una línea con Pereira y Gonzalo Castro en las bandas, Martí y De Guzman en la sala de máquinas. El trío de realizados (Pereira-Webó-Castro) suman 15 goles, más de la mitad de los tantos anotados por el Mallorca, y de su acierto dependerá una porción notable del destino bermellón en Anoeta.


El rival

La Real Sociedad, por su parte, recupera a su estrella y máximo goleador, Xabi Prieto (6 goles) y confiará en el especial idilio de Raúl Tamudo cuando se cruza con el Mallorca -le ha marcado 9 tantos- y en el talento del francés Antoine Griezmann, que a sus 19 años se está erigiendo en una de las revelaciones de la temporada, para mantener la velocidad de crucero.

Aunque ha encallado en sus tres últimas visitas a Anoeta, el cuadro balear enterró la maldición de Atocha -jamás ganó en el vetusto estadio- cuando la Real Sociedad se cambió de escenario y las cuatro victorias de su historia en San Sebastián han sido en este recinto.