El centrocampista francés del RCD, Mallorca Michael Pereira (i) y el defensa danés del UD Almería, Michael Jakobsen (d), caen al suelo en una jugada del encuentro. | Montserrat T. Diez

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Hace apenas unos meses, malgastaba su talento por los campos de Villajoyosa, Dénia o Gramanet con la camiseta del filial, mientras Gregorio Manzano miraba hacia otro lado. Hoy en día, es el máximo realizador del Mallorca en el torneo doméstico con 5 goles (lleva otro en la Copa del Rey) y su nombre ya figura entre las revelaciones de la Liga. Michael Pereira (París, 1987) es uno de los principales activos del club balear y un futbolista con un futuro despejado.

Con 23 años cumplidos en diciembre, su irrupción en el campeonato resulta espectacular. Después del bajón sufrido en diciembre, ha comenzado 2011 a lo grande: tres goles en los tres partidos disputados por el conjunto isleño en Son Moix. Sus latigazos desde fuera del área se han convertido en una de las principales armas ofensivas del Mallorca y ha apartado de las alineaciones a Gonzalo Castro, el futbolista más cotizado del vestuario antes de iniciar el curso.

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Pereira, que el pasado verano firmó su primer contrato profesional, después de unas negociaciones de culebrón, ha intervenido en todos los encuentros. En los dieciocho partidos de Liga y los cuatro de la Copa del Rey. En el torneo de la regularidad, ha sido titular en once encuentros y cada vez que marca, con la excepción del encuentro disputado en Zaragoza, el Mallorca atrapa la victoria. Sucedió en casa ante el Levante, en el Pizjuán ante el Sevilla y en los dos últimos encuentros de Liga: ante el Hércules y ayer contra el Almería. Entre medias, otro golazo al conjunto andaluz en el torneo del

K.O.

Con un físico privilegiado y una potencia descomunal en el lanzamiento de media distancia con las dos piernas, Pereira está aprovechando al máximo la oportunidad que le ha concedido Michael Laudrup para explotar todo su talento. Rinde igual escorado en la izquierda -su posición habitual en las últimas semanas- o en la derecha. Su movilidad, verticalidad, uno contra uno y desparpajo están causando sensación. También su hambre de triunfo provoca un efecto contagio entre sus compa-ñeros. Salvando las distancias, tiene una confianza en sus posibilidad al más puro estilo Etoo. También ese caracter introvertido en los desplazamientos, como si la cosa no fuera con él, se asemeja en parte al que paseaba el león indomable. Hijo de un emigrante caboverdiano, creció en el seno de una familia humilde y se forjó como futbolista jugando a diario en la calle de su pueblo, Othis, en el extraradio de París. Ahora, este jugador que estuvo a prueba en el Auxerre, Deportivo o Cartagena y que derramó algunas lágrimas en sus primeras semanas en la Isla porque no se aclimataba, es el pichichi del Mallorca y una de las sensaciones de la Liga.