Los jugadores de la selección celebran la victoria. | Reuters

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La selección española completó una hazaña inigualable hasta ahora en la historia del fútbol, con la conquista en una secuencia consecutiva de Eurocopa-Mundial-Eurocopa, liderada por un estilo incontestable en los últimos cuatro años, en los que la 'Roja' ha coleccionado títulos en Viena, Johannesburgo y Kiev.

De Austria y Suiza 2008, cuando venció a Alemania por 1-0 en la final con un gol de Fernando Torres, a Sudáfrica 2010, cuando ganó la Copa del Mundo con un tanto de Andrés Iniesta en la prórroga contra Holanda, y, finalmente, a Polonia y Ucrania 2012, donde hoy levantó un nuevo trofeo, el tercero en cuatro años imparables.

España nunca especula. Italia tuvo más posesión en la primera parte -48 por ciento por 52 de su rival-, pero la 'Roja' es una selección con múltiples recursos, que desequilibró la final con la convicción de uno de los equipos más grandes de todos los tiempos y que tomó ventaja con el 1-0 de David Silva a pase de Cesc Fábregas.

Para el 2-0 tiró de precisión y velocidad. Xavi Hernández puso lo primero, Jordi Alba lo segundo. El resultado fue el gol, un tanto con sabor a sentencia. España sólo ha concedido un tanto en esta Eurocopa, en el primer duelo ante Italia. Hoy mantuvo su seriedad defensiva, al borde de los 500 minutos imbatida. Ya lleva 499.

Suficiente para dejar cerrada la final, pese a los intentos de reacción de la 'Azzurra', que jugó la última media hora con un futbolista menos por la lesión de Thiago Motta (el técnico Cesare Prandelli ya había hecho los tres cambios). Fernando Torres y Juan Mata, en los últimos minutos, hicieron el 3-0 y el 4-0.

Así alcanzó en la cima del palmarés a Alemania, con tres trofeos cada uno. El conjunto germano, en 1972, 1980 y 1996; España, en 1964, 2008 y 2012, el último el que completa la secuencia Eurocopa-Mundial-Eurocopa.

Es una proeza. Nadie lo ha conseguido antes. Ni conquistar tres grandes competiciones de forma consecutiva ni lograr dos trofeos europeos en dos ediciones seguidas. Ya fracasó en el intento la República Federal de Alemania, una selección memorable en los 70. Lo tuvo al alcance, pero perdió en los penaltis con Checoslovaquia en 1976, con el famoso lanzamiento de Antonín Panenka.

Tampoco la Italia de Dino Zoff en 1968, la Holanda de Marco Van Basten en 1988, la Francia de Zinedine Zidane, en el 2000, o la de Michel Platini, en 1984, la Alemania de Bernd Schuster y Karl Heinz Rumenigge en los 80... Ganaron la competición, pero luego, cuatro años después, fueron incapaces de revalidar el título.

«Queremos seguir haciendo historia; este equipo aún tiene hambre», dijo Xavi Hernández en la víspera del encuentro. No falló España ni una generación magnífica de futbolistas, algunos de ellos, once, participantes en los tres campeonatos de los últimos cuatro años.

Además del centrocampista, el cerebro de la selección española más brillante de la historia, Iker Casillas, Raúl Albiol, Andrés Iniesta, Fernando Torres, Cesc Fábregas, Xabi Alonso, Sergio Ramos, Álvaro Arbeloa, David Silva y Pepe Reina repiten por tercera vez trofeo. Los once ganaron en Austria y Suiza 2008, en Suráfrica 2010 y hoy en Polonia y Ucrania 2012.

Antes, sólo un jugador, el alemán Rainer Bonhof, había sido doble campeón europeo, en 1972 y 1980, aunque en la última no jugó en todo el torneo. No lo consiguió, en cambio, ninguno de los trece futbolistas que habían jugado hasta el momento dos finales de la Eurocopa.

Ni Valentin Ivanov ni Viktor Ponedelnik ni Lev Yashin, con la Unión Soviética campeona en 1960 y subcampeona en 1964, ni los alemanes Franz Beckenbauer, Uli Hoeness, Sepp Maier, Hans-Georg Schwarzenbeck, Herbert Wimmer (ganadores en 1972 y segundos en 1976), Bernard Dietz (subcampeón en el 76 y vencedor en el 80) y Thomas Hassler, Thomas Helmer, Jürgen Klinsmann y Matthias Sammer, con una final perdida, en 1992, y otra ganada, en 1996.

España es una selección de récord. Ya no entiende de barreras históricas. Tampoco su estilo, que extiende su dominio del fútbol mundial. Un juego ofensivo, con la pelota, con posesiones superiores al rival, como ha ocurrido en 20 de sus últimos 22 choques, salvo en dos finales, en 2008 con Alemania y hoy frente Italia.

Su idea futbolística ha doblegado en las tres últimas grandes competiciones a trece oponentes distintos. A Alemania, Portugal o Rusia en dos ocasiones, a Suecia, Grecia, Honduras, Chile, Paraguay, Holanda, Irlanda, Croacia y Francia en una y a Italia en momentos decisivos, en los cuartos de final de la Eurocopa 2008 y hoy en una final que completa una gesta histórica de la selección española.