Sesión de entrenamiento de la selección española de fútbol en Gniewino. | Efe

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La selección española, líder del Grupo C tras su goleada a Irlanda, decide los accesos a cuartos de final, con la seguridad de reencontrar su buen fútbol en el camino de la Eurocopa 2012, examinada por el orgullo y la calidad de Croacia, con Italia esperando en segundo plano.

Temen los italianos un empate a dos o más goles entre Croacia y España. Les dejaría fuera. Desde que la 'Roja' firmó su 4-0 a Irlanda los medios de comunicación internacionales no hablaron de otra cosa. En el currículum de la selección española no hay borrones. Nunca entró en el juego de la suspicacia y sus jugadores se han encargado de borrar la sospecha de la duda.

«Saldremos a ganar porque no sabemos jugar a otra cosa», aseguró Gerard Piqué. «El objetivo es ser primeros de grupo y para eso debemos ganar a Croacia», añade Javi Martínez. «No hay ningún pacto. Ni se va a amañar un empate a dos. Eso son tonterías», sentencia Raúl Albiol.

Agarrados a un estilo que volvió a deslumbrar en la segunda jornada de la Eurocopa, cuando España recuperó su fútbol de altos quilates para eliminar a una inofensiva Irlanda, llega a la cita decisiva con Croacia con el mismo debate. Vicente Del Bosque tiene la difícil papeleta de elegir entre los dos jugadores que han marcado más goles en el torneo: Cesc Fábregas o Fernando Torres.

Tras hacer pública la firma de su renovación hasta la conclusión del Mundial de Brasil 2014 -con unas cláusulas de ruptura de contrato si las partes no están a gusto-, Del Bosque mantendrá a Torres. Tras devolverle la confianza perdida en un momento en el que necesita un referente ofensivo, con David Villa en casa, el 'niño' ha respondido con personalidad y goles.

Con la figura del 9 sobre el terreno de juego, para encajar a Cesc Fábregas el seleccionador español tendría que dar descanso a alguna pieza básica del centro del campo. Xabi Alonso es candidato. Al cansancio que acumula tras una temporada en la que jugó todo, le añade una cartulina amarilla que podría condicionar su presencia en cuartos de final. Puede ser la única variación de un equipo al que Del Bosque le da continuidad.

Con pequeñas molestias llegan a la cita Jordi Alba, que se quitó los nervios de su primera gran competición en el segundo partido, y Sergio Busquets, víctima de una dura entrada. Están para jugar. Para colaborar en el dulce momento de una selección que maneja Xavi Hernández, el mejor pasador del campeonato, crece en la inspiración del gran momento de Andrés Iniesta y ejecuta gracias a las asistencias de David Silva, jugador con más pases de gol de la Eurocopa de Polonia y Ucrania.

Enfrente España tendrá a Croacia, una selección que apelará al orgullo, a la limpieza y a la calidad de varios jugadores para intentar eliminar al vigente campeón. Un rival al que los balcánicos respetan pero al que plantarán cara sin especular con el resultado.

También desde Warca, donde se concentran los hombres de Slaven Bilic, han mandado un mensaje de tranquilidad a la Italia de Cesare Prandelli. No quieren escuchar nada que tenga que ver con un posible pacto con el equipo de Vicente Del Bosque.

Luchadores por naturaleza, los croatas llevarán hasta el límite sus opciones de victoria. Son más prácticos e incluso piensan en el futuro. «Vamos a jugar como cualquier otro partido, vamos a ir a ganar, sin hacer cálculos. Para mí, antes de empezar el torneo, los favoritos para ganarlo eran los españoles y los alemanes. Es el momento de echar a uno de ellos del campeonato», dijo el delantero Nikika Jelavic.

Ese podría ser el gran objetivo de Croacia. Eliminar a España, acabar primeros de grupo y avanzar hacia cuartos con fuerza. Pero para eso, tendrán que doblegar al campeón del mundo. Y, tal vez, cambien de táctica para hacerlo. Hasta ahora, ha jugado con un clásico 4-4-2 que ha dado buenos resultados ante Irlanda e Italia. Ha sumado cuatro puntos de seis posibles y debería seguir la tendencia. Pero Bilic es consciente del poder del centro del campo de la «Roja» y podría poblarlo de jugadores para entorpecer el juego de su rival.

Pasaría a jugar con un 4-2-3-1, donde el sacrificado sería Perisic, que dejaría su puesto al combativo Pranjic. Rakitic retrasaría su posición y junto a Vukojevic crearía y destruiría juego. Mientras, el goleador Mandzukic, que lleva tres tantos en la Eurocopa, se ubicaría en el centro del campo escorado hacia una banda y dejaría sólo en punta a Jelavic, único atacante para sorprender a España.

Es una de las opciones que baraja el entrenador croata, que, de momento, ha utilizado a quince jugadores. Un total de nueve han jugado los dos partidos completos. Confía en un bloque y, aunque sólo hará un cambio, en el fondo todo será distinto para contrarrestar a España. A Del Bosque, más que el once, le preocupan grandes jugadores que tiene sin estrenarse. Hasta ocho. Llegará el turno de algunos si el partido marcha según lo planificado. Los cuartos en el horizonte con una promesa de todos: no habrá pacto.