La selección danesa entrena en Lviv, Ucrania. | Efe

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Dinamarca y Alemania se enfrentan mañana en la última jornada del llamado «grupo de la muerte» en un partido en que hay mucho en juego y en el que, pese al favoritismo de los alemanes, Dinamarca sueña con dar la sorpresa y conseguir el pase a cuartos.

Alemania llega con confianza, tras las victorias ante Portugal y Holanda, pero también consciente de que todavía no tiene asegurada la clasificación. A los alemanes les basta el empate para estar en cuartos y ser primeros de grupo pero sin duda saldrán a buscar la victoria

Del otro lado, tras la decepcionante derrota frente a Portugal, cuando se le escapó el empate a pocos minutos del final, Dinamarca afronta con ánimos renovados el decisivo enfrentamiento contra Alemania, un partido en el que puede que sólo le valga el triunfo.

La «Dinamita roja» sabe de su inferioridad con respecto a uno de los favoritos al título, pero se agarra al ejemplo del primer partido, cuando derrotó a Holanda, subcampeona mundial, en la que ha sido hasta ahora la gran sorpresa de la Eurocopa.

Dinamarca se agarra también a los precedentes para coger moral, como los triunfos en México'86 o en la final de Suecia'92, donde el conjunto escandinavo logró su mayor éxito internacional.

En Alemania se prefiere no hablar de esos antecedentes, pero desde el seno de la selección se ha advertido que la clasificación no está asegurada y que el peligro de una eliminación temprana sigue vivo, por lo que el equipo tendrá que salir al campo plenamente concentrado y consciente de que todavía no ha ganado nada.

En lo personal, el seleccionador alemán, Joachim Löw, sólo tendrá que compensar la baja del lateral derecho Jerome Boateng, sancionado por acumulación de amarillas.

Las fórmulas que se barajan para cubrir la baja de son varias pero la más probable es la entrada de Lars Bender en la posición de Boateng.

Otras variantes, a las que también ha aludido Löw, es que Philipp Lahm pase a la banda derecha y que Marcel Schmelzer juegue de lateral izquierdo o jugar con una defensa de tres. También Benedikt Höwedes podría jugar en la banda derecha pero hasta ahora su nombre no ha sonado mucho en las cercanías de la concentración alemana.

De resto, es de esperar que Löw vuelva a darle la confianza a los jugadores que han empezado en los dos primeros partidos aunque permanentemente se recuerda que en el banquillo hay jugadores, como André Schürrle, Marco Reus y Mario Götze, que podrían entrar al equipo titular en cualquier momento.

El caso de Schürrle, que siempre se ha lucido cuando viste la camiseta de la selección, es especial, sobre todo teniendo en cuenta que Lukas Podolski -que mañana cumple 100 partidos internacionales- no ha estado muy convincente en los dos primeros encuentros.

El seleccionador danés, Morten Olsen, mientras tanto, tendrá que recomponer el equipo debido a las lesiones: el veterano extremo Dennis Rommedahl, que está teniendo una actuación discreta, dejará paso casi seguro al joven Mikkelsen, muy activo en el último encuentro.

Más opciones de recuperarse tiene el mediocentro Niki Zimling, clave en labores defensivas, aunque si no llega a tiempo, lo sustituirá un Poulsen: Jakob, más ofensivo y que jugó muy bien frente a Portugal; o Christian, una solución más precavida.

Dinamarca sigue esperando por Eriksen, irregular por el momento, pero Olsen ya ha avisado de que al mediapunta del Ajax, de 20 años, aún le falta experiencia y que hay que ser pacientes con él.