El jugador de la selección inglesa Ashley Cole. | Reuters

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Tras contener los ataques de Francia para hacerse con su primer punto en la Eurocopa (1-1), Inglaterra está obligada este viernes a ganar a una Suecia que podría hacer las maletas antes de tiempo si cosecha su segunda derrota.

Los de Roy Hodgson comparecen en el europeo plagados de bajas y con el seleccionador nacional recién llegado -hace poco más de un mes- por lo que en el Estadio Olímpico de Kiev (Ucrania) volverán a luchar, en primer término, contra sus propias carencias.

Además, se verán las caras con el impredecible delantero sueco Zlatan Ibrahimovic y la escuadra ofensiva del técnico Erik Hamrén, que prepara varios cambios en su dibujo tras verse superado por una de las anfitrionas, Ucrania (2-1).

Los nórdicos tienen además la estadística de su parte: hasta el pasado noviembre, cuando cayeron en un amistoso en Wembley (1-0), Suecia había ganado a Inglaterra invariablemente durante más de 40 años, hasta en doce ocasiones consecutivas desde 1968.

A pesar de las dificultades, el combinado de los Tres Leones aspira a uno de los dos primeros puestos del grupo D, que se cruzará en cuartos con el de España, Italia, Irlanda y Croacia, y que por el momento lideran los ucranianos con tres puntos.

Hodgson, que ante la adversidad parece haber optado por una táctica prudente y defensiva, tiene de cara al choque con Suecia una única duda, la del lateral derecho del Liverpool Martin Kelly, que ha contraído un virus.

El resto de bajas de Inglaterra serán las ya conocidas: Frank Lampard, Gareth Barry, Jack Wilshere, Kyle Walker, Chris Smalling y Gary Cahill, todos ellos descartados para el torneo por lesión, más la ausencia de Wayne Rooney, que cumplirá su último encuentro de sanción por la tarjeta roja que vio en la fase de clasificación.

Los suecos, por su parte, están colocados en una situación de máxima necesidad tras caer en el primer partido de la Eurocopa.

Tras las críticas por el mal juego de Suecia, que salió con un once ofensivo pero nunca acabó de encontrar la manija al partido y defendió más que atacó, Erik Hamrén parece decidido a darle una vuelta al equipo introduciendo varios cambios.
Parece segura la entrada del veterano Svensson, un mediocentro de corte más defensivo, lo que desplazaría a Elm a la banda izquierda y a Toivonen probablemente al banquillo.

La otra modificación segura llegará en la delantera, donde Elmander sustituirá a Rosenberg, que no se entendió muy bien con Ibrahimovic, como quedó de manifiesto en la discusión que ambos mantuvieron al descanso del partido contra Ucrania.

Algunos medios insinúan que el capitán sueco, cuya presencia parece segura pese a unos problemas en el muslo, ha pedido a Hamrén que juegue Elmander, quien no fue titular en el primer encuentro porque no se sentía a punto tras romperse un metatarsiano hace poco más de un mes.

Con su velocidad y su facilidad para el desmarque, Elmander ayuda a abrir el campo y su corpulencia le sirve también para ganar los balones aéreos que pueden llegar desde la defensa o en centros.

Tampoco sería raro que Hamrén introdujese algún cambio en defensa, sacando al lateral Lustig, tímido en ataque y desafortunado en el segundo gol de Shevchenko, cuando se olvidó de tapar el primer palo en un saque de esquina.

Pese a la decepción inicial, Suecia parece haber recuperado un poco el ánimo y el propio Hamrén, micrófono en mano, hizo una arenga a la hinchada sueca -una de las más numerosas en el torneo- al acabar el entrenamiento abierto de ayer.