La nadadora mallorquina, Melani Costa. | Jaume Morey

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A Melani Costa Schmid (Palma, 1989) le va a costar olvidar un 2013 en el que su vida ha cambiado de manera radical. Si hace un año pasaba revista a la conquista del título mundial de piscina corta en 400 libre, fue en la piscina del Palau Sant Jordi, el pasado verano, cuando explotó de manera definitiva. Su medalla de plata, la primera de una nadadora nacida en España en unos Campeonatos del Mundo de 50 metros, le permitió dar el paso al frente que necesitaba para recordarles a todos que se merece un hueco entre la élite. El premio de la Copa del Mundo, con dieciséis medallas en su haber en las ocho mangas celebradas, adquiere mayor mérito tras haber convivido con una lesión de tobillo que le restó potencial en el tramo final, en el que el Europeo y el histórico concurso con el equipo europeo en el ‘Duel in the Pool’ han servido de recompensa a la nadadora calvianera del UCAM.


—¿Ha sido 2013 el mejor año de su carrera deportiva?
—Sí, sobradamente. El mejor, y con diferencia. Especialmente porque me lo he tomado como un año de remontada, de ir para arriba y crecer en todos los aspectos: personal y deportivo. Y creo que lo he conseguido y eso me hace sentirme más realizada como mujer y deportista.

—¿En qué ha cambiado personalmente su vida tras estos frenéticos doce meses?
—Lo que noto es que ahora mucha más gente me conoce, se me tiene más en cuenta, y eso ayuda a la hora de sentir que tu esfuerzo tiene recompensa. Creo que el cambio más grande es que a la gente empieza a gustarle y a seguir más la natación y eso es lo que pretendemos. Hemos logrado que esté en el lugar que le toca. Individualmente he crecido mucho, pero hemos conseguido con nuestros resultados que la natación dé un paso adelante.


—Y además, ha sido la revolución de las chicas. Al menos en lo que a deportes acuáticos se refiere en España...
—Ha sido visible el cambio de las chicas y el Mundial de Barcelona ha sido la plataforma definitiva, después de los Juegos de Londres. Tanto nosotras en natación pura, como el equipo de waterpolo y las chicas de sincronizada hemos conseguido algo muy grande para el deporte español, y para el femenino en particular. Ahora mismo se hace un buen trabajo con los chicos jóvenes también, y con el tiempo se verán los resultados, igual que se hizo con nosotras en su día. Es cuestión de tener paciencia.

—¿Dónde cree que radica el secreto de su éxito?
—Secreto hay poco. Creo que es todo a base de entrenamiento, tener claro qué es lo que quieres. Y partiendo de la base de que tenía un nivel, saber qué te falta para dar ese salto que he conseguido dar estos meses. Ahora miro a las rivales como una más, ya no las veo como grandes estrellas y nadadoras superiores a mí. El respeto existe, sí, pero como rivales en la piscina. Sin miedo ni nada, compitiendo de igual a igual, y que gane la mejor. Por ejemplo, en el ‘Duel in the Pool’, fue bonito nadar con (Katie) Ledecky en el 400 libre y ver que al final es humana, y aunque es una nadadora increíble, puede tener sus días malos.

—¿Qué le falta por pulir o mejorar a estas alturas?
—A partir de ahora, la constancia es importante. Tras participar en la Copa del Mundo he entrenado menos, teniendo además el problema de la lesión (tobillo izquierdo), que me ha hecho bajar mi nivel mucho en muy poco tiempo al no poder hacer piernas, cardio y ejercitar el corazón al ritmo que te exige la competición. Ahora debo ser constante y volver al nivel de antes. Cuando tenga fuerza de piernas, todo volverá a cuadrar y regresará la normalidad.

—El momento cumbre ha sido la medalla en Barcelona, ¿qué siente tiempo después al recordarlo?
—Ha sido la alegría más grande que he tenido. Por la emoción del momento, por nadar en casa, tener a los míos en la grada, a mi familia viéndolo allí, en directo. Todo en conjunto hizo de ese momento algo mágico que jamás voy a poder olvidar.

—Y la Copa del Mundo ha acabado siendo su confirmación definitiva ante el planeta.
—Al final fue una competición con más presión de la que hubiera querido en un principio. La quería hacer entera, sin ningún tipo de exigencia, pero al final, al salirnos tan bien las cosas, se nos pedía medalla en cada prueba y ha sido complicado, especialmente, por las tres últimas pruebas, por la lesión. La gente no sabe el dolor con el que competía. Salía del agua e intentaba no cojear y camuflar la lesión para no mostrar mi debilidad a las rivales. Y llegaba al hotel y rompía a llorar del dolor que tenía. Ese mes y medio no he hecho nada de trabajo aeróbico. La lesión se ha curado, pero necesito recuperar esa fuerza, especialmente en las piernas. Eso se ha visto en el Europeo, donde decían que iba en baja forma. No es así, porque no he podido entrenar lo que necesitaba. Ahora estoy recuperando, con unos días sin competir y entrenar para estar a tope.

—¿Qué sensaciones le deja el haber hecho historia en el ‘Duel in the Pool’?
—Han sido tres puntos enormes. El primero, que pudiera participar, a nivel individual. El segundo, poder representar a España dentro del equipo europeo; y el tercero, que por primera vez en la historia, casi ganamos a Estados Unidos. Nunca habíamos estado tan cerca... Fue algo muy emocionante, unas sensaciones buenísimas. Pensaba que sería algo más tranquilo, pero durante la segunda jornada se me salía el corazón. Era espectacular ver a todos tan unidos, luchando por un mismo objetivo.

—¿Le sorprende la cantidad de marcas y patrocinadores que han apostado por usted desde su eclosión en el Palau Sant Jordi?
—La verdad es que se agradece que puedan ver en un deporte como el nuestro una manera de darse a conocer más. Esperemos que no sea algo puntual y que aparezcan más espónsors que apuesten por la natación, porque creo que vale mucho la pena.

—Sus éxitos están ahí, pero también Mallorca puede presumir de otros dos puntales como Marga Crespí o Marc Sánchez.
—Somos una isla pequeña, pero el potencial que tenemos es enorme, y desde hace muchos años lo estamos demostrando. Siempre estamos arriba, y es porque somos trabajadores. Tanto Marga, como Marc y yo somos de los que más nos entrenamos y nos entregamos cada día en el trabajo. Marga hizo todo lo que pudo para preparar el dúo y ahí están sus grandes resultados, y Marc es un chico muy disciplinado y que siempre está de buen humor, además de ir mejorando sus marcas cada vez más. En ningún momento es cosa de suerte o casualidad. Trabajo y nada más.

—En 2014, Europeo de piscina larga y Mundial de corta...
—El Europeo de Berlín es la competición más importante de la temporada. Se nos va a exigir bastante, pero yo quiero lucharlo y tener mi espacio en el podio. Para eso estoy mentalizándome y trabajando. De aquí al verano no pararemos. Y en Doha tengo mucha ilusión depositada, pero todavía queda lejos y el Europeo es lo primero. No me quiero presionar, porque sino a veces las cosas no funcionan. Lo más importante es que se me apoye, en los buenos y los malos momentos, y sé que mi gente lo hace.

—¿Se le pasan por la cabeza los Juegos de Río pese a que faltan dos años y medio todavía?
—¡Claro! Tengo un espacio reservado en mi muñeca (tiene tatuadas sus dos presencias olímpicas, en Pekín y Londres). Voy a luchar con todas mis fuerzas para clasificarme, y una vez allí, estar en una final. Pero queda tiempo, me tienen que respetar las lesiones y hay que saber que viene gente por detrás. Pero por ilusión y ganas no va a ser. Quiero estar en Río 2016 e ir a por todas, tengo una cuenta pendiente y creo que estoy en la buena línea.

—¿Cuáles son sus deseos para el ejercicio que se avecina?
—El primero salud, para todos. Personalmente, que las lesiones me respeten y pueda seguir disfrutando de la natación y de estos momentos. Así, seguro que llegarán los resultados.