El palista mallorquín Marcus Cooper Walz posa para este diario sobre su piragua en las instalaciones del Real Club Náutico de Portopetro. | Teresa Ayuga

TW
0

La cantera del deporte balear continúa reinventándose día a día. Cuando todavía muchos no han asimilado la meteórica ascensión a la élite del palista mallorquín Sete Benavides, aparece ahora en el horizonte el también piragüista Marcus Cooper, y no lo hace tocando a la puerta, sino derribándola. Medalla de oro en K1 y plata en K4 1000 metros y bronce en los 500, éxitos conquistados durante el pasado mes de julio en el Europeo Júnior de Portugal, son las primeras credenciales de este palista perteneciente al Real Club Náutico de Portopetro. Una auténtica promesa en ciernes de convertirse en toda una realidad, con un meta tan lejana como ambiciosa: los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

—Acaba de completar un Europeo Junior y Sub-23 de ensueño, con la consecución de la medalla de oro en K1 1000 metros, la de plata en K4 1000 metros y el bronce en el medio kilómetro. ¿Se esperaba lograr algo así?
—La verdad es que no, esperaba luchar por alguna medalla, pero en ningún caso lograr tres y menos una de ellas de oro. Fue todo mucho mejor de lo esperado, la verdad es que pasado el tiempo todavía estoy intentando asimilar todo lo conseguido.


—Participa en dos modalidades distintas, K1 y K4. ¿En cual de ellas se siente más a gusto?
—Pues la verdad es que en el K1. Me siento mejor remando solo, porque puedo llevar mejor el ritmo y concentrarme más en mí mismo. Aunque a la hora de competir, siempre es más fácil que te seleccionen dentro de un barco de equipo que no de individual, porque existe un mayor cupo de plazas por cubrir.

—¿Difiere mucho el entrenamiento a la hora de practicarlo en solitario o sumido en un rol de equipo?
—No, los entrenamientos son parecidos porque las modalidades de K1 y K4 tienen las mismas características. Donde sí se producen diferencias es a la hora de entrenar las distancias, en algunas prevalece la resistencia y en otras la fuerza explosiva.

—¿Cuántas horas diarias de práctica requiere su deporte?
—En los meses previos a la competición solemos entrenar unas cuatro horas diarias durante seis días a la semana. Se hace muy duro pero es necesario para poder llegar a competir bien.

—Tanto el K1 como el K4 son categorías olímpicas, ¿Sueña con poder participar en alguna de ellas durante los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016?
—Pues sí, me atrevería a decir que estaré en condiciones. Eso sí, me va a costar muchísimo. En cuatro años todavía no tendré la edad perfecta, pero sí que puedo luchar, y con mucho esfuerzo y entrenamiento, quizá podría llegar a lograrlo.

—Actualmente están surgiendo de la Isla una gran cantidad de piragüistas de nivel como Sete Benavides o Alicia Heredia. ¿Significa eso que tanto a nivel de clubes como de instituciones se están haciendo las cosas bien?
—Está claro que sí. Por supuesto que todavía no es equiparable a deportes como el fútbol, pero sí está muy bien tratado. Se puede practicar con facilidad y hay entrenadores suficientes. Los resultados están ahí.

—Hace poco Sete Benavides estaba en una situación parecida a la suya, y actualmente ya ha disputado sus primeros Juegos Olímpicos logrando una meritoria cuarta plaza...
—La verdad es que sí, ojalá pueda seguir los pasos de Sete Benavides, es un gran deportista.

—¿Le conoce personalmente?
—Sí, le conozco y me llevo bastante bien con él.

—Pertenece al Náutico de Portopetro. ¿Lleva toda tu carrera ligado a este club?
—Sí, me apunté aquí hace cinco años, a los doce. Se puede decir que me he criado aquí deportivamente. Su trato hacia mí siempre ha sido muy bueno. Después conseguí ir a un centro de tecnificación en Asturias y este año he conseguido meterme en el rol de la selección española.

—A parte de dedicarse profesionalmente al deporte y siendo tan joven. ¿Sigue con su formación académica en sus ratos libres?
—Por supuesto, a parte del piragüismo sigo estudiando, son casi las dos únicas cosas que puedo hacer por el tiempo que ambas me ocupan, sobre todo la primera.

—Viaja mucho y acude a competiciones internacionales. ¿Cómo lleva el tema de las concentraciones?
—Muy bien, la verdad es que ya estoy bastante acostumbrado. En realidad me gusta mucho viajar y visitar nuevos lugares. Hablando en clave competitiva, gracias a entrenar y disputar competiciones en diferentes lugares te acostumbras a todo tipo de aguas y climas, algo muy bueno porque a la hora de salir a remar nunca sabes qué condiciones te puedes llegar a encontrar.