Los jugadores del Atlètic, que aparecen en las imágenes en el interior del vestuario del Estadi Balear, rebosan confianza e ilusión por lograr un ascenso a Segunda que el club logró por última vez en 1961. | M. À. Cañellas

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Medio siglo de espera puede resolverse hoy (10.30 horas) en 90 minutos o en algo más de 120. Hoy, en el mismo Estadi Balear en el que el 11 de junio de 1961 los Bibi, Morro, Costa, Cantallops o Fita, entre otros, ascendían a Segunda División, los Antoñito, Jesús Perera, David Sánchez o Xavi Ginard se enfundan la misma camiseta blanquiazul para evocar el pasado más glorioso del Atlètic Balears. El aroma a partido histórico que desprende el encuentro de hoy ante el Mirandés engrandece el desafío del conjunto de Gustavo Siviero, que está obligado a remontar el 1-0 con el que se saldó el encuentro de ida en Anduva.

La vuelta de la primera eliminatoria se juega con el corazón y se gana con la cabeza. El Atlètic tiene que darle la vuelta a un marcador adverso, pero debe hacerlo sin perder de vista que un gol visitante le obligaría a marcarle tres goles al conjunto que menos tantos ha recibido de los cuatro grupos de Segunda B. Aunque sea una obviedad no se puede meter el segundo gol sin lograr el primero y es el mensaje que ha resonado con fuerza en la caseta del Atlètic. Un gol local iguala la eliminatoria y adentra el choque en un partido completamente distinto.

Propuesta

De poco o nada sirven las 38 jornadas previas o el partido de la ida en Anduva. Si la eliminatoria era un partido de 180 minutos, ahora toca jugar la segunda parte y al Atlètic no le queda otra que hacer valer una propuesta ambiciosa sin perder el equilibrio defensivo. El Mirandés tiene oficio por su experiencia en estas fases de ascenso y tratará de contener la presumible salida del Atlètic para poner cerco a la portería de Nauzet. Los blanquiazules, con su once ideal a la espera de la última prueba que realice Lawal, quieren hacer sufrir a los burgaleses arrebatándoles el balón. El Mirandés presume de mantenerse fiel a un estilo ofensivo y la calidad de sus hombres en la línea de mediapuntas será una de las grandes amenazas del Atlètic, que librará una gran batalla en la zona ancha.

Más allá del rendimiento del equipo de Siviero, que deberá blindar la meta defendida por Xavi Ginard y sacar a relucir su pegada en las ocasiones que se presenten, existen varios factores se presumen favorables para los blanquiazules. El calor (23 grados según las predicciones), el horario, el césped artificial o el apoyo de la afición son algunas de las bazas que también pueden manejar los blanquiazules para acabar con la resistencia del Mirandés, puede sufrir físicamente unas condiciones que le resultan extrañas.

El Atlètic está más habituado que el conjunto burgalés a jugar con temperaturas altas y a hacerlo por la mañana en una superficie en la que ha disputado cerca de 26 de las 38 jornadas de liga, mientras que su rival, acostumbrado a las condiciones naturales del Norte de la Península, llega al duelo un punto por debajo de los locales en el aspecto físico tras haberse exprimido entre la liga y la Copa. Además, cuando falten las fuerzas, ahí estará la fiel parroquia blanquiazul para insuflar el oxígeno necesario a los suyos. Y es que la grada también debe ejercer su influcencia en un duelo impregnado por el morbo que han suscitado las polémicas declaraciones de Pouso insinuando intentos de compra.

En el vestuario del Atlètic solo se centran en firmar un partido muy completo y ni siquiera se contempla la posibilidad de un tropiezo, pero cabe recordar que caer ante el Mirandés no sería el final del sueño blanquiazul. Y es que el Atlètic, como campeón del grupo tercero de Segunda B, tendría una nueva ocasión de ascenso a través de dos eliminatorias.