Luis Salom (RW Racing GP) posa en su domicilio. | Pere Bota

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No ha sido una temporada fácil para Luis Salom (Palma, 1991), pero el piloto mallorquín ha logrado pisar el podio en el último Mundial de 125 centímetros cúbicos de la historia y reivindicarse como un fijo en la parilla de la nueva Moto3. El RW Racing ha depositado de nuevo sus ilusiones en el balear, que contará con el chasis campeón del mundo de Moto2 (Kalex) y un motor conocido (KTM) para intentar luchar por subir a lo más alto del podio y, por qué no, optar a un título para el que suena como claro aspirante.


-De uno a diez, ¿qué nota le pone a la temporada 2011?

-Un siete. Hemos tenido de todo, bueno y malo, como las lesiones y operaciones, pero también dos segundas posiciones (Assen y Phillip Island) que han servido para premiar al equipo. Estoy contento por algunas carreras, pero en otras, no me doy por satisfecho. A veces las caídas, los problemas mecánicos, en Malasia me tiraron... han sido demasiados ceros que me impidieron estar más arriba (acabó octavo). Pese a ello, tengo muchos motivos para estar satisfecho.
-¿Le falta algo por pulir para dar ese paso al frente?
-De cara al año que viene, todo el equipo trabajará para mejorar en conjunto. La de 2011 era la primera temporada completa de la estructura en 125. Por ello, lograr dos podios es algo increíble, además de estar siempre delante en la parrilla y en carrera. Hemos dado la cara y ahora tenemos que esforzarnos en invierno para estar más fuertes en 2012.

-¿Se sentía en inferioridad respecto a otras estructuras de la categoría?

-Para mí era mi segunda temporada completa y subir al podio era el objetivo. No teníamos los medios de otros equipos, como Ajo, Blusens o Bankia, pero hemos peleado mano a mano con ellos y eso da más mérito a nuestros resultados.

-¿Qué notó al pisar por primera vez el podio, en Assen?

-Fue muy especial, porque era en casa del equipo y del patrocinador (TVM). Eso confirmaba que el cuarto puesto de Silverstone no era casualidad. En Assen estaba convencido de mí mismo, igual que en Australia. En Malasia y en Valencia también, pero una caída y los neumáticos me lo impidieron.

-¿Cree que ha sido un justo campeón Nico Terol?

-Ha sabido sufrir y le ha costado, pero en un Mundial en el que la regularidad manda, el campeón siempre es el mejor.

-¿Cuáles son las sensaciones al cambiar de los dos a los cuatro tiempos?

-La primera prueba ha ido bien. Me encontré cómodo, aunque no será la Moto3 con la que compitamos. Comparada con la de 125, es una moto fácil de conducir, aunque correrá menos. Junto a Hans Spaan tendremos muchas horas de trabajo por delante para ponerla a punto...

-¿Cómo afronta el cambio global en la nueva cilindrada?

-Moto3 es una lotería ahora mismo. Todo es nuevo: las motos, la categoría, los equipos... Costará, pero las máquinas de cuatro tiempos llegarán a estar al nivel de las de dos, aunque por ahora rodamos más lento.


-¿Le ha dado muchas vueltas a la cabeza tras el fallecimiento de Marco Simoncelli?

-Se hizo difícil ver lo que sucedió, pero también asumir que te puede pasar a tí. Normalmente, cuando te caes, te vas para la gravilla, o si estás en pista, intentas que te esquiven... él no tuvo tiempo, no pudieron evitarle porque la moto le tiró para dentro. Es duro, fue una caída fea, pero cuando pasan estas cosas, reflexionas mucho y le das más importancia a todo.


-¿Con qué se daría por satisfecho el próximo año?

-Quiero estar delante, ser regular, sumar y no tener lesiones. Si lo consigo, habremos estado en el podio y seguramente podremos luchar por cosas importantes, incluso por el título.