Brigit Yagüe posa para este diario en el Passeig Mallorca durante una reciente visita a la Isla. | Fernando Fernández

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Tres títulos mundiales absolutos, uno júnior, cuatro oros continentales, una Copa del Mundo y una larga serie de entorchados nacionales adornan un currículo en el que falta una medalla olímpica. El infortunio parece perseguir a la mejor taekwondista de todos los tiempos en la gran cita de los Juegos. Eliminada en primera ronda en Atenas y ausente en Pekín, Londres 2012 está marcado en rojo en su cargada agenda. Y el primer paso para regresar a la élite olímpica lo quiere dar, y cerrar, el próximo sábado en el Preolímpico de Bakú (Azerbaiján). Una ciudad que le trae buenos recuerdos, pues allí se clasificó para Atenas 2004 y ganó la Copa de Europa.

El objetivo será acabar entre las tres mejores en -49 kilos, el peso olímpico en el que competirá en un evento con más nivel que un Mundial y en el que Brigit sólo piensa «en estar en la final. Jugártelo todo en un combate por el tercer puesto es peligroso, y ya tengo malas experiencias ahí». La balear no quiere aplazar su clasificación para el Preolímpico Europeo de enero -en Kazán, Rusia-. No competir el primer día le permite ganar en confianza «pues ya sabes cómo actúan los árbitros y si puedes hacer o no según qué cosas».


Ilusión

Una medalla olímpica «es mi ilusión», admite Yagüe, que junto a Nicolás García (-80), Rosana Simón (+67) y Joel González (-58) representará a España. «Me iba a retirar tras Pekín, pero en 2009 fui campeona del mundo y si hago este esfuerzo es para estar en Londres. El Mundial y el Europeo anteriores eran preparatorios para mí. Yo me preparo para llegar a los Juegos y ganar el oro olímpico, pero para eso, debo estar al 100% en el Preolímpico. Y si me clasifico ahora, tendré más tiempo para entrenar a conciencia», resalta la palmesana a quien las lesiones han respetado en los últimos tiempos, y que hace planes más allá de 2012. «Hay un Mundial en 2013, y me motiva, pero me gustaría también ser madre tras los Juegos. Que no quiere decir que me vaya a retirar, se puede hacer un parón y seguir más adelante, pero Londres es mi prioridad. Y eso pasa, ahora mismo, por Bakú», asevera.

Físicamente, el entrenamiento en el CAR de Sant Cugat y con la selección española le permite reindir al máximo nivel. A sus 30 años, los golpes acumulados pasan factura, pero la ilusión por ser medallista o campeona olímpica puede con todo ello. «Sería el mejor premio a toda una vida dedicada al taekwondo», dice.