Salida de los participantes en la Maratón de Calvià. | Nuria Rincón

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La vigésimo séptima edición de la Maratón de Calvià resultó un éxito en lo organizativo y una confirmación en cuanto a la aprobación que tiene entre la comunidad atética local y foránea la que es la última maratón del calendario nacional 2010.

El atleta Maciek Miereczko, de origen polaco, se proclamó vencedor por tercer año consecutivo en una prueba que parece haber hecho suya desde que debutara en diciembre de 2008. Su idilio con los 42,195 kilómetros de Calvià ya conforman un trienio en el que, primero al sprint y después con más holgura, ya se ha hecho un sitio en el historial de la prueba.
En una mañana más favorable para la competición atlética, Miereczko ya se mostró favorito al finalizar el primer cu

arto de la prueba, en el que aventajaba a su máximo oponente en más de un minuto. Éste era José Antonio Requejo, el burgalés campeón de la prueba en 2006 y 2007 que desde la llegada del espigado polaco a Calvià se ha visto relegado a la posición de plata.

Repetida la actuación de los dos primeros clasificados con tiempo de 2h22:31 y 2h30:15 respectivamente, el puesto de bronce fue para Martin Skalsky, con 2h34:30.

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En la prueba femenina el triunfo se lo llevó Helen Taranowski, siendo la única que bajó de las tres horas tras parar el crono en 2h54:18. Completaron el podio de la categoría Claire Imrie, también segunda en 2009, y Christine Costiff, con tiempos respectivos de 3h04:54 y 3h08:14.

La épica prueba 'calvianera' cumplió un nuevo aniversario contando más de un centenar de llegados a meta, 30 menos que en la edición anterior y con un nivel de marcas sensiblemente inferior.

La celebración de este evento deportivo sirvió también para formalizar, tanto antes del pistoletazo de salida como durante la entrega de trofeos posterior, un nuevo homenaje en memoria de Tolo Calafat, fallecido el pasado mes de abril en el Annapurna.

Realmente emotivo fue el momento en el que Jaime Cardona, ejemplo de superación tras sufrir un accidente y pasar por el quirófano hace tres años, entró en meta tras recorrer la maratón, liderando un grupo de compañeros y amigos suyos y de Calafat, portadores de una camiseta que rezaba "Un repte, una passió. Sempre amb nosaltres". 42.195 metros de esfuerzo, en recuerdo a un compañero muy querido por la comunidad deportiva balear como ayer quedó patente.