El pívot senegalés del Gran Canaria 2014, Sitapha Savane (i) y el ala-pívot serbio del Menorca Bàsquet, Ivan Radenovic (d), luchan por un balón durante el partido. | Efe

TW
0

Gran Canaria 88

Menorca Bàsquet 77

Gran Canaria 2014 (25+20+21+22): Green (11), Carroll (17), Moran (12), Savané (4) y Wallace (8) -equipo inicial-, Bellas (8), Bramos (10), Nelson (10), Beirán (-) y Rey (8).

Menorca Bàsquet (23+10+24+20): Donaldson (21), Ciorciari (6), Limonad (13), Víctor Cuthbert (8) y Radenovic (7) -equipo inicial-, Huertas (3), Otegui (-), Servera (-), Sánchez (-) y Torres (19).

Àrbitros: Mitjana, Jiménez y Sánchez. Sin eliminados.

Ha convertido el Menorca perder ante el Gran Canaria en una tradición, en un aburrida fiesta popular. Para el equipo de Bintaufa enfrentarse a los canarios es embarazoso, casi violento, porque no sabe por dónde echarle mano. Ayer arrojó el partido a la que Ciorciari y Donaldson dieron con sus huesos en el banco asfixiados por las faltas. Como el que se queda huérfano. La tormenta que cayó en el inicio del segundo período dejó calado al grupo de Olmos, que nunca fue capaz de engancharse al encuentro (88-77). No es sencillo cambiar ese signo perdedor ante el Gran Canaria con una escasa productividad del banquillo -entre Huertas, Otegui, Diego Sánchez y Servera restaron -5 en valoración-, ni pasándose cinco minutos sin anotar, ni encajando un demoledor parcial de 10-0 en el segundo cuarto. El 35-23 no lo logró levantar el Menorca ni siquiera en el mejor partido de Donaldson y Caio Torres. El perímetro amarillo metió el duelo en la despensa a golpe de triple (15) y cada vez que los menorquines se acercaban encontraban una respuesta devastadora. Dio la impresión de que al equipo de Pedro Martínez le bastó con poco. No tuvo que recurrir a Savané y en muchas fases tampoco a Carroll, porque su juego coral le alcanzó para abatir al Menorca.

El Gran Canaria entró en el segundo cuarto sin llamar. Dos canastas de Carroll y un triple de Nelson dieron con un 10-0 que sacudió el encuentro. El Menorca, con la reserva en pista, se colapsó. Estuvo cuatro minutos sin anotar y los amarillos iban haciendo (35-23). Olmos detuvo el partido y el orden se restableció. Caio Torres y Victor arrearon hasta lograr equilibrar el duelo. Pero Ciorciari cometió la tercera falta y el Menorca volvió a entrar en depresión. Dos triples de Bramos y Moran anunciaban lo peor (45-33, descanso).

Una canasta de Green pulsó la alarma (49-35) y Olmos decidió disponer una zona 2-3 para desactivar al Gran Canaria. Y lo logró. El Menorca se sintió cómodo a la carrera.

La fibra de Donaldson ayudó a limar la ventaja (58-50), pero daba la sensación de que el grupo balear no era capaz de ir más allá. Y claro, el equipo de Las Palmas se levantó. Hiló tres triples en el arranque del último parcial y el Menorca se convirtió en pasto de las llamas (74-60). Y la historia volvía a repetirse (88-77). Unicaja y Caja Laboral esperan. Uff.