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Mallorca B y Atlètic Balears se citan de nuevo con las urgencias. Las que imprime la competición y su estado en la tabla clasificatoria. Rojillos y blanquiazules se ubican en la zona de descenso y la plaza de promoción, respectivamente, por lo que un buen resultado serviría para otorgarles una dosis de oxígeno. El filial de Jaume Bauçà recibe a la Gramanet (12 horas, Son Bibiloni) en un encuentro de máxima rivalidad entre dos escuadras parejas. Los mallorquinistas no conocen la victoria desde la segunda jornada (0-5 en Benidorm) y se han visto abocados a las plazas de descenso, de las que no anda muy lejos el histórico club catalán (14º, con 10 puntos, por los 8 del Mallorca B).

Por ello, los tres puntos resultan de enorme valor para un conjunto rojillo que no quiere meterse en más problemas, pese a no poder contar una semana más con Pina y Kevin, desplazados a Valencia con el primero equipo, aunque sí estarán a disposición de Bauçà tanto Tomeu Nadal como Sergi Enrich y Tejera. Los juveniles Hervé, Calonge y Abdón han sido reclamados por el filial, que no podrá contar con los lesionados Miguel Àngel Martín, Damià Ramos, Dani Castellano y Charlie Took.

Progresión

Por su parte, el Atlètic Balears pretenderá dar continuidad a la racha iniciada el pasado domingo frente al Alzira (2-1) y con la llegada de Gustavo Siviero a su banquillo. Los de la Vía de Cintura se examinarán de nuevo en el Guillermo Olagüe de Gandía (12 horas) en una cita complicada para los blanquiazules, que rinden visita a un bloque que saca el máximo partido a sus aproximaciones al área y que llega de vencer, curiosamente, a domicilio a la Gramanet (0-1). Ocho goles a su favor han dado a los levantinos quince puntos que les dejan al filo de las plazas de fase de ascenso. Todo lo contrario que un Atlètic que salió de la zona de descenso y aspira a dar un salto de calidad.

Los sancionados Dani Lucas y Ernesto, además de Valentín -microrotura fibrilar en el gemelo- y Tolo Reus -gripe- no estarán en condiciones de contar para Siviero, cuya llegada al banquillo del Estadi Balear parece haber dado un nuevo aire a la escuadra mallorquina.