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Lo del Constància ya no es fruto de la casualidad. El grupo de Nico López está a 360 minutos de recuperar la categoría que hace veintidós años (87-88) abandonaron. La Segunda División B vuelve a llamar a las puertas de es Raiguer, y el histórico club que preside Jordi Guirado no quiere dejar pasar este tren. Tras ganarse un hueco entre los cuatro mejores del grupo balear de Tercera, los blanquinegros toparon con un Ourense al que frenaron en seco sobre la hierba inquense. Ahora, La Muela es el penúltimo obstáculo. El Nou Camp de Inca aguarda el primer asalto ante los aragoneses (domingo, 12 horas), subcampeones de su comunidad y un adversario férreo en defensa -reciben un gol cada 210 minutos-. La ilusión desborda un vestuario que tras la gesta frente a los gallegos no renuncia a nada. Al igual que la entidad, arropada por el Ajuntament d'Inca en la senda hacia la Segunda B. Su primer teniente de Alcalde, Rafel Torres, así lo ha dejado ver en todo momento. «Es una oportunidad histórica para devolver al Constància a un lugar privilegiado, y si se logra el ascenso, pueden contar con nosotros, por lo mucho que este club representa para la ciudad y para Mallorca», expresaba el futuro primer edil de la capital de es Raiguer.
Ilusión
Por su parte, Jordi Guirado destacaba «la ilusión de la plantilla, que se ha trasladado a la afición. Soñar es gratis, y entre todos debemos empujar para intentar subir». El mandatario recordó que La Muela «será un rival fuerte, como todos los que llegan con opciones a estas alturas. Pasar la primera eliminatoria ha supuesto una inyección de moral importante y tenemos mucho que ganar». Guirado agradeció al Ajuntament su implicación, recordando que «sin su apoyo, no estaríamos aquí».