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En el mundo del fútbol en el que existe una gran igualdad, la intensidad y las ganas de ganar marcan, en muchas ocasiones, la diferencia entre ganar o perder un partido. El encuentro que se pudo ver en el Nou Municipal de Santa Coloma fue una demostración más. Mientras que para el conjunto local, los tres puntos en juego significaban no sólo la permanencia una temporada más en esta categoría sino que posiblemente la salvación de un club, que pasa por uno de los peores momentos económicos e institucionales de su historia, para el conjunto balear con los deberes hechos ya la jornada anterior.

De esta forma, la puesta en escena del conjunto local fue propia de la de unos jugadores que se jugaban la vida. La Gramenet dominaba el balón con un centro del campo muy poblado, nada menos que Nando, Raúl, Eloy, Alfaro y Raúl Rodríguez, dejando a Pedro sólo en la punta de ataque. Sin embargo, el delantero local ponía en muchas dificultades a los centrales, tanto Dani Camacho como Raúl Capó, que sufrían ante la movilidad y habilidad del atacante. Así mismo, Pedro en el trece a punto estuvo de inaugurar el marcador cuando aprovechó un excelente pase en profundidad de Nando, aunque su disparo se topó con un acertado Eloy. De nuevo, Nando fue quien dejó en bandeja, esta vez de cabeza y dentro del área, a Raúl Rodriguez que sólo ante la portería no supo dirigir bien su cabezazo. Se mascaba el gol.

El tanto
Y finalmente llegó. Corría el minuto 24 cuando tras una jugada de nuevo por banda derecha, Raúl Rodríguez centrara al centro del área. Rezzónico no estuvo acertado en su remate y Dani Camacho logró despejar con dificultades. El balón llegaba a los pies de Alfaro que disparó desde fuera del área con tan mala fortuna para los intereses del Sporting Mahonés que en su trayectoria topó con Capó y se desvió, haciendo inútil la estirada de Eloy.

El gol dio alas a los locales que salían en peligrosos contragolpes buscando el segundo tanto, el de la tranquilidad. Y casi lo logra Pedro cuando recibió un pase al hueco de Alfaro y cuando se disponía a disparar, Dani Camacho logró interponerse y ceder un saque de esquina. Pero cuando mejor estaba jugando los locales, una inocente e innecesaria entrada de Raúl, hizo que el colegiado le mostrara la segunda amarilla y dejara a su equipo con un jugador menos. Era el minuto 39 y aún quedaba mucho por jugar.

La segunda parte se inició con el Sporting mucho mejor posicionado en el campo y con un Ismael estelar, que repartía con acierto y ponía el ritmo de partido que más le convenía a los de Joan Esteva. En una de los acercamientos ofensivos, David hizo un excelente centro al segundo palo para que Iray, completamente sólo pusiera no sólo el empate en el electrónico, sino el silencio en unas gradas que mostraban una excelente entrada.

Con el empate en el marcador, el conjunto entrenador por Joan Esteva se sentía muy cómodo y se posicionaba con dos líneas defensivas de cuatro y con Guillem de referencia en el ataque y con Ismael dominando por completo todas las facetas del juego. Y es que en la tarde de ayer, se pudo ver cómo Ismael jugaba entre líneas haciendo mucho daño a un centro del campo catalán que notaba cada vez más el cansancio de jugar con un hombre menos desde hacía más de media hora. Fueron los mejores momentos del Sporting Mahonés que se aprovechaban del desconcierto de un equipo que ha sufrido mucho durante la temporada.

Sin embargo, el técnico local movió ficha y puso en el campo a un espigado delantero Óscar Muñoz que suponía otra referencia más en el ataque local. Y el cambio surgió efecto, ya que hizo que la defensa balear se retrasara un poco más, facilitando así las aproximaciones catalanas. Cada vez quedaba menos tiempo, y el reloj jugaba en contra de la Gramenet, que se iba precipitando en ataque con balones largos que lograba rechazar la buena defensa del Sporting Mahonés.

Cuando parecía que el empate podía ser definitivo, una buena jugada del lateral derecho Toni Lao que tras una larga conducción, realizó un pase interior a Pedro que sin pensárselo disparó lejos de las manos de Eloy. El estallido de la grada del Nou Municipal evidenciaba la tensión que se había ido acumulando en el césped y entre los aficionados. Después del gol los locales empezaron a perder tiempo y a especular con el resultado.