El partido del año

El Palmer Basket Mallorca, forzado a remontar nueve puntos de desventaja, se juega este sábado en Son Moix y ante el Cáceres el ascenso a Primera FEB

Marco Justo, técnico del Palmer Basket Mallorca, da instrucciones a sus jugadores durante un partido de la temporada regular en el Palau de Son Moix.

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Ha llegado el día. El partido del año. El encuentro que da sentido a todo un proyecto. El Palmer Basket Mallorca, que encadena ya varias temporadas subiendo escaleras, puede cerrar esta tarde otro círculo y darse un baño de oro ante su gente. Protagonista de una temporada deslumbrante en su conferencia, la escuadra que dirige Marco Justo pintará de turquesa las gradas de su centro de operaciones con un único fin: remontar una desventaja de nueve puntos frente al Cáceres y materializar el soñado ascenso a la segunda planta del baloncesto español, una Primera FEB huérfana de equipos de la Isla desde 2022 (Palau d'Esports de Son Moix, 18.30 horas).

Se mire por donde se mire, este sábado se juega el partido más especial de la historia del Palmer. Un encuentro al que los mallorquines llegan magullados por lo que ocurrió en la primera parte de la eliminatoria (72-63), pero con el depósito de la confianza hasta arriba gracias al trabajo y los resultados de todos estos meses. En Son Moix, el escenario en el que se coronará al nuevo rey de la categoría, solo ha sufrido una derrota en toda la temporada y cuando ya había hecho los deberes, en el derbi contra el Fibwi del pasado 19 de abril. Los otros doce partidos en los que ha ejercido como local los ha ganado. Y en la gran mayoría de ellos se imponía con una renta superior a la que ahora necesita para subir de rango.

El partido de vuelta ante el Cáceres será otra historia y poco o nada tendrá que ver con todas esas funciones anteriores. Hace seis días el conjunto extremeño gobernó en el marcador de principio a fin y sobrevivió a un bloqueo de nueve minutos en el que fue incapaz de anotar mientras el Palmer, parapetado tras la defensa más rocosa de la liga, le encharcaba la pintura y le ponía contra las cuerdas.

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La confianza en el Palmer es máxima pese a la defectuosa actuación del Multiusos. Los baleares, que llegaron a estar 22 puntos por debajo en el marcador en la segunda mitad del tercer cuarto, saben que necesitan conservar la personalidad durante todo el partido y llevar a su rival al límite. «Tenemos que ser nosotros mismos casi los 40 minutos, no solo 13 como en Cáceres», recordaba Marco Justo en la antesala del desenlace de una eliminatoria que para el ganador tiene un premio gordo y para el para el perdedor, una nueva oportunidad. «Nos vamos a encontrar a un equipo que sabe cómo debe afrontar estas situaciones y nosotros tenemos muy claro cuál es nuestro plan de partido. Tenemos que afrontarlo con mucha más ilusión que el primero por lo que supone para la Isla».

Intensidad y defensa aparte, otro factor que debe ser decisivo es el del público. El Palmer espera contar con un gran aliado en las gradas que le ayude a moverse contra la corriente y a darle la vuelta a la confrontación; a pelear por un ascenso que premiaría la constancia del club y su crecimiento a todos los niveles.

El Cáceres ha viajado a Palma con la duda de Edu Gatell, que no ha entrenado durante la semana por un problema en el tobillo. El pívot catalán fue uno de los jugadores más destacados de su equipo en el partido de ida —anotó 10 puntos y capturó siete rebotes— y su baja, en el caso de confirmarse, podría recortar el juego interior del cuadro extremeño, que en cualquier caso va sobrado de experiencia y calidad en todos los rincones de la pista. Sea como sea, en Son Moix hoy se sueña. El gran momento del Palmer Basket Mallorca ha llegado.