Alejandra Quirante y Gaby Ocete en una de las pistas exteriores de Son Moix. | Pilar Pellicer

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En su día tuvieron la fortuna de jugar en Liga Femenina y en Mallorca. Lo hicieron con el Joventut Mariana, y tras un traumático final, separaron sus caminos para vivir diferentes etapas, la mayoría de ellas en la máxima categoría. Una década después, Alejandra Quirante (Palma, 1992) y Gaby Ocete (Palma, 1988) vuelven a casa para liderar la ‘Operación retorno’ y volver a vestir la camiseta del Sant Josep, ahora bajo la denominación del Azul Marino y con la meta de salir por la vía rápida de la Liga Femenina 2.

«Era algo que tenía muy claro, pero esperaba que llegara el momento, el proyecto y la oportunidad», admite Ocete, base contrastada en Liga Endesa Femenina y última pieza. «Tenía mis dudas sobre si volvería a haber otra posibilidad... Lo deseaba también, porque lo de Sóller fue una pena. Parecía que todo se había acabado, pero cuando recibí la llamada del Azul Marino, se abrió una oportunidad difícil de rechazar», añade Quirante, dando continuidad a las palabras de su compañera.

Ambas sonríen cuando se les menciona Sant Josep, «porque aquí empezó todo...», rememora Gaby, que a sus 34 años valora especialmente «poder seguir hacendo lo que me gusta, pero además en casa, ante mi gente, con los míos y después de tantos años fuera...», asegura.

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En la misma línea se muestra Quirante, de 30 años y base-escolta con recorrido entre la élite. «Es un cierre ideal si te lo planteas. Pero aquí hay un proyecto, sabes dónde vienes y a lo que vienes», prosigue, sin negar que «estar en casa lo hace más especial, sin duda, pero más cuando ves que hay algo detrás», señalando el partido de Son Moix como un día «increíble», y espera que la buena dinámica del Azul Marino Sant Josep (14-5) «haga que sean cada vez más aficionados en el Toni Pizà».

Quirante y Ocete ponen a disposición del equipo de Dani Rubio su saber estar en la pista, destacando la calidad e implicación de la plantilla. «Se ha confeccionado un equipo compensado, con gente joven, otras compañeras con experiencia en esta y ligas superiores y también varias jugadoras mallorquinas», explicaba Gaby, a lo que apostilla Alejandra: «Eso es importante para lograr la identificación de la afición y la Isla con el equipo».

Han captado las dos exteriores «que la gente tiene ganas de que haya un equipo con aspiraciones, que mire hacia arriba. Pero eso requiere de tiempo y paciencia», admite Gaby, aunque Quirante tiene claro que «el objetivo está muy bien enfocado y el equipo está respondiendo. Ahora nos falta cerrar la clasificación para la fase de ascenso y después, llegar allí lo mejor posible, pues en ese punto, un error te puede penalizar».

Queda lejos, pero Gaby y Alejandra no descartan «que volvamos a tener Liga Femenina en Mallorca». Ellas la paladearon y vivieron la experiencia única de jugar con un equipo de la tierra. «Por Sóller, pasaron grandísimas jugadoras», rememoran con una buena dosis de nostalgia. Y esperan que esa experiencia sirva de cara a un futuro asalto a la competición de referencia. «Por ahora, se está trabajando bien para crecer en todos los aspectos», advierten. «Ahora, falta que acompañen los resultados, pero hay motivos para soñar», aseguran. La próxima parada, este sábado (18:30 horas) en la pista del Anagán El Olivar.