Plantilla del Syp Patronato de la temporada 92/93, que no llegó a acabar. | Tomás Monserrat

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Años más tarde superó su hito el Bahía San Agustín, pero el proyecto de referencia del baloncesto mallorquín que más ocasiones acarició la cuenta pendiente de la Liga ACB nos remite a un nombre que genera un recuerdo tan traumático como emotivo en quienes recuerdan una época de esplendor del deporte de la canasta en Ciutat que acabó de forma fulminante hace tres décadas, con la disolución del recordado Patronato un 18 de enero de 1993.

Imagen de una reunión de la gestora del Patronato, en la sede de Bonaire 18.

Fue la certificación de una muerte anunciada tras la canasta de Jordi Freixanet que señaló el camino del ascenso al Cáceres aquel fatídico 10 de mayo de 1992 y causó un enmorme impacto en el baloncesto mallorquín, que veía cómo aquel ilusionante Prohaci Patronato presidido por Esteve Siquier, el de los Coll, Mincy, Servera, Heredero, Estany, De la Cruz y compañía hacía aguas y, pese a seguir adelante con un presupuesto de mínimos en la Primera División, no tenía mucho más recorrido.

Fiol, Servera, Giménez, Reynés, Coll y Alzamora, en las puertas de la sede del Patronato.

Treinta años atrás, la gestora del Patronato optaba por iniciar la disolución del equipo, ante la imposibilidad de poder hacer frente al presupuesto de aquella campaña 92/93 (con Syp como patrocinador principal), que ascendía a un montante de 33.700.000 pesetas. Mientras en la sede de Bonaire 18 se tomaba esa decisión, los jugadores y técnicos esperaban noticias en la calle, protagonizando una imagen que forma parte de la historia más prescincible del baloncesto palmesano. La medida únicamente afectó al primer equipo, pues la base siguió adelante muchos años más, liquidando un proyecto que logró llenar Son Moix y hacer soñar con la ACB.

Muchos inciden en la venta del histórico recinto de Avingudes, el verdadero cuartel general del Patronato, como punto de inflexión hacia este desenlace fatal para el sueño que allá por 1986 arrancaron Pedro Vidal y su grupo.

Los jugadores y técnicos del Syp Patronato, dando una rueda de prensa.

Arrancó el último curso de aquel Patronato respetado en la Primera División (actual LEB Oro), pero enseguida aparecieron los problemas extradeportivos (impagos...) que se reflejaron en la cancha. Popson hizo las maletas y aterrizó Chievous con su recordado «no money, no play», otro capítulo más de un serial que el domingo 24 de enero de aquel 1993 vivió el último partido del Patronato. Fue en Son Moix, ante el Gran Canaria y con derrota (88-99) acompañada de una emocionante ovación por parte de los aficionados para un conjunto, dirigido por Xisco Amengual, que ya no viajó a San Sebastián para medirse al Askatuak, dándoles por perdido el encuentro (2-0).

El 5 de febrero, los socios numerales, citados en una asamblea extraordinaria, decidían retirar al equipo de la competición. Eso provocó que los jugadores tuvieran que buscarse la vida fuera de Mallorca y el punto y final de un proyecto, el del Patronato, que treinta años después sigue vivo en la memoria de quienes lo tocaron de cerca. Como tuvo hollar la ACB.