Pol Figueras penetra a canasta ante la defensa de Gormemans y la mirada de Maiza.

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Club Melilla Baloncesto Melilla 69

LEB Oro | Jornada 1 | 10/10/2021 18:00 | Fin

El Palmer Alma Mediterránea Palma es un equipo en obras. En fase de construcción y emsamblaje. Su capacidad de trabajo y entrega sigue siendo una de sus señas y destila calidad, pero carece de la solidez que precisa para encarar una LEB Oro que arrancó una vez más con derrota -no gana su primer partido de liga regular desde la temporada 2015/16- frente a un Melilla que maniató a los de Álex Pérez y Pau Tomás, que pese a su reacción tras el descanso, llegaron tarde y no supieron culminar lo que olía a remontada (61-69).

Fjellerup exhibió sus credenciales (27 puntos y 5 rebotes), deslumbraron los buenos brazos de Kanyinda e Ikpeze en el rebote, la frescura de Peñarroya y Feliu... Pero, por encima de todo, el compromiso de un equipo que fue barrido por el Melilla en los dos primeros parciales, atrapado por la zona norteafricana y su falta de acierto.

Desde el triple -cinco en el cuarto inicial- abrió brecha el Melilla ante un Palmer perdido, encomendado a la dirección de Pol Figueras, pero que enseguida se vio alejado en el electrónico. Dedovic y Harris abrieron la primera brecha (11-19) y ya costó tomar el pulso al partido.

Dominio

Tenía el partido en sus manos un Melilla con más oficio y que marcaba su terreno. Un triple de Harris elevó a doce puntos la desventaja el Palmer (11-23), pero Peñarroya detuvo la hemorragia cuando agonizaba el primer parcial para dejarlo con un 15-25 que evidenciaba las diferencias entre ambos equipos.

Rakovecic y Dedovic avisaron de las intenciones del Melilla, sorprendido por un conato de reacción por parte del Palmer Palma, que con un parcial de 6-0 redujo a ocho puntos la ventaja de los de Arturo Álvarez (21-29, min. 13).

Esa advertencia se la tomó en serio un Melilla espoleado por Chapela y que en los últimos cuatro minutos puso la directa para sentar las bases de una victoria que acabaría siendo suya. Cogió bajo de defensas a los isleños y con otro triple, esta vez del recién llegado Llorca, y una canasta de De Thaey, llevó el duelo a su ecuador con veinte de renta para el Melilla (23-43). Su máxima renta en un momento psicológicamente delicado y sacando partido de los errores y la falta de acierto de un Palmer que apenas logró anotar ocho puntos en el segundo cuarto.

Orgullo

Cambió el rostro del Palmer Alma Mediterránea Palma tras el paso por los vestuarios. Un 10-0 de salida, la velocidad de Feliu y Figueras y la clase de Fjellerup redujeron a la mitad el abismo (33-43).

Respondió con holgura el Melilla al acoso y con Peñarroya en pista, ganó en frescura y agilidad el juego. El Palmer se lo creía y la brecha caía a siete puntos (46-53) al cierre del tercer parcial.

Vinieron enseguida a la cabeza gestas recientes, pero a este Palma le quedan horas de trabajo para pulir una versión similiar a la del pasado curso. Pero parece que están en camino.

Fjellerup seguía sumando y presentándose a la liga como un jugador determinante, pero el Melilla resistía y un triple de Mazaira complicaba la ‘operación remontada’ (50-62) en el momento más efervescente de un Palmer Palma que lo probó de la mano de Pol Figueras, qaue mantuvo en sueño vivo hasta que los errores de los isleños y el paso de los segundos hicieron inviable un triunfo que volaba hacia Melilla (61-69) en un estreno que perimitió a Pau Tomàs y Álex Pérez calibrar el verdadero estado de sus hombres de cara a un inicio exigente.

Sin apenas tiempo para respirar, el Palmer Palma viajará este martes (20:30 horas) hasta Granada para reencontrarse con un viejo enemigo antes de recibir el próximo domingo, en Son Moix, al gran animador de la LEB Oro: Movistar Estudiantes.

El estreno permitirá sacar conclusiones, pero elevó al casillero una derrota que debe servir para construir o asentar las bases del nuevo Palmer Palma.