Lindqvist ante la presencia de dos jugadores del Granada. | Pilar Pellicer

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La inercia ganadora del B the travel brand Mallorca Palma quedó certificada en un duelo que permitió a los de Félix Alonso encadenar su cuarto triunfo consecutivo ante un Son Moix que acabó aplaudiendo entregado a un equipo que exhibió el enorme potencial de su interminable rotación para doblegar a un viejo conocido. El Covirán Granada encajó un duro golpe en el Palau (77-53) ofreciendo una imagen que distó años luz de la del pasado ejercicio. Topó con un rival que tenía aprendida la lección y que apretó en defensa para neutralizar los argumentos de su oponente.

Ese trabajo redujo los porcentajes de acierto de los andaluces y les dejó en inferioridad en el rebote. Apenas Watson respondió en un duelo que el B the travel brand dinamitó en el tercer cuarto, manteniendo la intensidad atrás y pasando el rodillo en ataque para distanciar al Granada y ratificar las buenas vibraciones de un equipo en el que todos sumaron. Unos anotando, otros reboteando y el colectivo defendiendo al nivel que requería el partido.

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De inicio ya se vio que el B the travel brand tenía claro el manual a seguir. El Granada cerraba el primer cuarto con un 21-7 en contra que fue una losa y evidenció la labor de desgaste de los isleños, a los que catapultó Bivià con ocho puntos para cerrar un parcial de 14-0.

La mano de Bropleh y Löfberg y el músculo de González y Olumuyiwa permitían alcanzar el ecuador con un ilusionante 34-22, pero quedaba camino por recorrer y el Granada no era de fiar. Hasta que llegó el demarraje de los de Son Moix. A ritmo de triples (Löfberg, Bivià y un gran Quintela) y apretando bajo el aro se marchó el cinco palmesano, que alcanzó una máxima de 27 puntos (57-30) para encarar el último cuarto con un holgado colchón (59-38). No bajó el listón Alonso, que jugaba con el crono a favor y supo mover el banquillo para hacer a todos partícipes de un triunfo que invita a soñar (77-53) y refuerza su espíritu.