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El partido entre Los Angeles Lakers y Houston Rockets, celebrado en el Staples Center, rozó el bochorno la pasada madrugada cuando los puñetazos y los escupitajos saltaron al terreno de juego.

Los Rockets iban por delante en el marcador, 108-109, y a 4 minutos y 13 segundos para que finalizara el encuentro, una pelea quebró la cancha.

Todo comenzó con una falta de Brandon Ingram a James Harden. Primeros empujones que supusieron una falta técnica. Pero la disputa, lejos de quedar ahí, fue a más, uniéndose otros jugadores a la pelea, como Rajon Rondo y Chris Paul.

El base de los Rockets, ni corto ni perezoso, metió los dedos en los ojos al base de los Lakers, que le respondió con un puñetazo en la cara con su brazo izquierdo.

Las imágenes de la pelea son noticia en todos los medios deportivos, que ya advierten de multas y sanción para los jugadores implicados.