El periodista Fernando Fernández analiza la derrota de España ante Australia y la lucha del equipo de Alba Torrens este domingo frente a Bélgica.

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La selección española luchó al límite de sus fuerzas y posibilidades ante la de Australia, que de la mano de su pívot Liz Cambage (33 puntos, 15 rebotes y 4 tapones), venció por 66-72 para jugar la final ante Estados Unidos este domingo.

La selección española jugará por la medalla de bronce ante Bélgica, con la que perdió en la primera fase.

La inercia ganadora del equipo, tras ganar a Canadá en cuartos de final, no apareció en el inicio del partido ante Australia. De hecho muy pronto el marcador se volvió adverso (5-11, min.4). La defensa, verdadero motor del equipo no acababa de ajustar y la presencia de Liz Cambage, la pívot de 2.03 metros, estaba centrando demasiado la atención.

Los tiros no entraron y el balón volvió a moverse sin rapidez y sin mucho criterio, de ahí que el 6-21 (min.6.45) fuese más que un serio aviso.

Dos rápidas transiciones, ya con Cristina Ouviña y Queralt Casas en pista, y un triple de Astou Ndour consiguieron un parcial de 7-0 que insuflo vida al partido. La defensa también funcionó mejor y el marcador reflejó al final del primer cuarto un 15-23 menos agobiante.
El equipo español salió en el segundo acto a dar la batalla pero no acabó de encontrar el punto en el ritmo de juego necesario para desactivar a Cambage y a Australia. Apretando atrás, ajustando los cambios en los bloqueos y redoblando esfuerzos lo que consiguió fue ralentizar el marcador e ir reduciendo la diferencia muy poco a poco, 22-27 (min.14).

La ausencia en la pista de Cambage fue un alivio, pero todavía hubo que esperar un poco para que llegase el momento Alba Torrens, que con dos triples consecutivos de auténtico genio empató el partido, 30-30 (min.17).

Las oceánicas acusaron el golpe y ni la vuelta de la gigantesca pívot consiguió enderezar el rumbo de su equipo. Otro triple de Ndour y una canasta final de Anna Cruz permitieron a España ganar los vestuarios al descanso con una mínima ventaja, 35-34.

Australia volvió a frenar el ritmo de las españolas, en la continuación, con una defensa zonal y como los tiros siguieron sin entrar la diferencia volvió a ponerse del lado de las de la isla continente, 37-42 (min.23.10).

El equipo español volvió a reaccionar y pese a perder a Laura Nicholls por tres personales y la presencia de Cambage, no se obsesionó con nada y siguió en su empeño. Un tiro de media distancia de Beatriz Sánchez devolvió la ventaja, 44-43 (min.25.30).

El juego se volvió denso, duro y con chispas. En el cuerpo a cuerpo, las españolas se manejaron con más soltura que las australianas y el 53-48 (min.28.30) fue un reconocimiento a tanto esfuerzo. El parcial llegó a ser de 9-0 para pasar el 46-48 al 55-48, que hizo que les temblaran las piernas a las 'aussies'. Y más cuando Laia Palau despidió el cuarto con un triplazo, 58-50.

Cambage comenzó el cuarto de la verdad anotando su punto número 24, lo que unido a un triple de Katie Ebzery y a otras dos canastas de la pívot, sumaron un parcial de 0-9 que volvió a dar ventaja a las australianas, 58-59.

Axtou Ndour anotó otro triple, 61-59, y en la siguiente jugada le pitaron la quinta personal.
A falta de cinco minutos el empate a 61 fue una promesa de incertidumbre y épica. Cambage, que ya lleva tiempo gesticulando hacia el público recibió una técnica, su cuarta falta, abriendo un abanico de posibilidades.

Pero fue Laura Nicholls la que fue eliminada por cinco faltas después de una pelea sublime ante Cambage, 64-64 (min.36.30). En los minutos finales emergió con más fuerza que nunca la figura de la pívot australiana para taponar, nunca mejor dicho, el camino del aro a las españolas y para aportar puntos y tranquilidad para sus compañeras. Australia acabó ganando por 66-72 y jugará por la medalla de oro con Estados Unidos.

España volvió a dar otra lección de entrega y pundonor y deberá recuperarse porque en veinticuatro horas se jugará una medalla, la de bronce ante Bélgica.