El jugador del Valladolid Chatman intenta penetrar ante la defensa de Grossenbacher | RODRIGO JIMÉNEZ

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El día más largo tuvo un final feliz. Tras un maratoniano y accidentado viaje del Iberostar Palma a Valladolid, de unas diez horas, los de Félix Alonso tiraron de orgullo y sacaron a lucir su calidad para sumar una victoria clave (84-89), romper su mala racha de cuatro derrotas consecutivas y coger impulso para cerrar la primera vuelta con un balance de 6-11 y buenas sensaciones, en especial en labores ofensivas. Y eso que el partido corrió riesgo de no disputarse. Tras varias horas atrapados en la autovía por el temporal de viento y nieve que afectó al centro de la Península, el autocar con jugadores, técnicos y directivos del Iberostar Palma llegó a Pucela con apenas un par de horas para descansar, llegar al pabellón y calentar. Algo que quedó en anécdota tras un partido de vértigo y tras el que Félix Alonso sumó su primera victoria al mando del grupo.

De inicio imprimieron ambos equipos un ritmo frenético al juego y al marcador. Llevaba la iniciativa un necesitado Iberostar, al que el cansancio tras un largo viaje que arrancó a primera hora de la mañana en Son Sant Joan, no pasaba factura. El 24-26 reflejaba la intensidad de un partido al que pusieron una marcha más Mockford y un Bivià erigido en líder del equipo, que tiraron de su versión coral y su acierto desde la línea de 6’75.

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Diferencias

Se iba el Iberostar en el luminoso (37-50, m. 17), llegando al descanso con once puntos de renta (46-57). Un argumento para ilusionarse, tras un segundo cuarto en el que el Iberostar anotó 31 puntos.

El tercer cuarto supuso la reacción del Valladolid, que redujo diferencias (58-60) tras un tres más uno convertido por Gantt. Se pusieron por delante los pucelanos al cierre del parcial (72-71), pero supo manejar la tensión el Iberostar en los momentos claves. El oficio de Huertas, Zyle, Bivià o Fornas permitía entrar en el último minuto con una renta de cinco puntos (78-83). Gestionó con cabeza el Palma su ventaja y acertó desde el tiro libre. Así, selló la sexta victoria (84-89). La más épica y necesaria.