El jugador Rudy Fernández, durante un partido pasado. | Efe

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La selección española ve en Francia el puente que tiene que atravesar, en las semifinales del campeonato de Europa, para poder alcanzar un lugar en la historia del baloncesto si finalmente consigue el tercer entorchado consecutivo.

El equipo español ha tenido un transcurrir dubitativo por el Europeo de Eslovenia. No ha sido el equipo dominador de Lituania, hace dos años, desde el principio hasta el final. En el que, casualmente, ganó a Francia con contundencia.

Pero en la hora de la verdad, llegado el partido de cuartos de final, el equipo, la familia española, ha sabido dar lo mejor de sí mismo y firmar ante Serbia el mejor partido del campeonato, con una exhibición en defensa y en ataque que apabulló a los rivales.

Con Francia de rival concurren otras circunstancias, como la final del pasado Europeo, 77-53 para los españoles; los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, 69-59 para España, y que los últimos ocho partidos disputados contra los galos se hayan decantado del lado de ‘la Roja’.

Francia tiene ganas a España, aunque los jugadores nacionales han respondido con un «nosotros más», para zanjar cualquier posible ventaja emocional.

Tony Parker aparece como el enemigo público número uno de las filas galas, aunque está secundado por grandes jugadores como los también compañeros en San Antonio Spurs (NBA) Nando de Colo y Boris Diaw; además de Nicolas Batum, jugador de Portland Trail Blazers en la competición estadounidense.

Y Alexis Ajinca, también con una breve experiencia NBA, y que ha explotado en este campeonato como un pívot importante, y Mickael Gelabale, con pasado estadounidense y en el Real Madrid.

En cualquier caso, los jugadores españoles han afirmado que sólo deben preocuparse de «ellos mismo» y a tenor de lo visto, si siguen en la misma línea, puede que tengan razón.

Los campeones en Polonia 2009 y Lituania 2011, además de vigentes subcampeones olímpicos en Londres 2012, se han ganado el respeto de todos y el derecho a soñar con escribir otra página de oro en el baloncesto español. Con una tercera medalla de oro consecutiva.

La magistral actuación de Sergio Rodríguez (22 puntos) y la defensa de Ricky Rubio (4 robos), sumadas a la recuperación física de José Manuel Calderón, confirmaron que los bases están preparados para provocarle otra pesadilla a Tony Parker. «No tiene nada que ver todo lo que ha pasado los años anteriores con lo que va a pasar ahora», ha advertido Juan Antonio Orenga sobre los últimos precedentes contra Francia. Pero hoy será otra historia.