Alberto García penetra ante la mirada de Herrero. | P. Pellicer

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Palma Air Europa 68 - 64 Ávila

Palma Air Europa (18+20+16+14): Carlos San Emeterio (0), Llorenç Llompart (5), Jason Blair (18), Viljar Veski (0), Iván Matemalas (15), -cinco inicial- Biel Torres (0), Robert Joseph (10), Alberto García (9), Miki Corbacho (6) y Toni Cañellas (5). 22 de 38 en tiros de dos puntos, 3 de 17 en triples y 15 de 18 en tiros libres. 33 rebotes (27 defensivos y 6 ofensivos) y 18 faltas personales.

Ávila (19+17+14+14): Moussa Diagne (2), Ruley Luettgerodt (15), Javier de Pinto (0), Toni Vicens (5), John Thomas Boyer (15), -cinco inicial- Massine Fall (2), Jonah Callenbach (5), Óscar Herrero (6), Roland Smits (4) y José María González (10). 16 de 35 en tiros de dos puntos, 8 de 28 en triples y 8 de 10 en tiros libres. 28 rebotes (21 defensivos y 7 ofensivos) y 22 faltas personales.

Árbitros: Zafra Guerra y Martínez Rodríguez. Eliminaron por cinco faltas personales al visitante Diagne.


El Palma Air Europa vuela hacia los ‘playoffs’ tras cerrar de manera brillante una temporada regular que deja un balance de 11-9 y un cierre notable, con siete victorias consecutivas que hallaron la rúbrica ayer en el Toni Servera ante un combativo Ávila, que acabó claudicando ante los hombres de Maties Cerdà.

El 68-64 final refleja el equilibrio y la igualdad de un encuentro que sirve a los mallorquines para despedir el curso regular, a falta de una última jornada de descanso para el Palma Air Europa. En ella, deberá cerrar el factor pista en las series de ascenso, que pasan por cualquier resultado que no sean las victorias del Guadalajara y el ISB.

Solidez

El Palma Air Europa volvió a apoyarse en sus puntales, con un Blair inspirado de cara a canasta y un Joseph dominante en el rebote, además de Matemalas y Alberto García, que de nuevo volvieron a estar a la altura.

Y eso que las cosas se pusieron cuesta arriba de inicio para los isleños, que toparon con un Ávila inspirado, aunque con el paso de los minutos, el Palma Air Europa le fue tomando la medida al rival y al partido para alcanzar los minutos finales con el temple necesario para hacer valer su buena dinámica y manejar el tiempo del partido. Así se neutralizó el empuje de los visitantes, que lo intentaron hasta el último suspiro en un final emocionante.