Las cuatro jugadoras posan con los familiares, amigos y técnicos que ayer acudieron a recibirlas a la terminal de llegadas de Son Sant Joan.

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El baloncesto balear sigue acumulando medallas internacionales. Las últimas cuatro llegaron de la mano de Nogaye Lo, María España, Marina Delgado e Inma Zanoguera. La plata en el Mundial Sub 17 de la primera (a la que se une el oro Sub 16) y el título continental sub 20 de las integrantes de una generación brillante cierran un verano espectacular.

Nogaye Lo ejemplifica la labor del CTEIB, por donde Zanoguera y Delgado también han pasado, y la imponente pívot se mostraba «muy feliz, porque ser plata en un Mundial es algo único», recordando un 2012 «que jamás olvidaré. Dos medallas en poco más de un mes es difícil de conseguir y quiero disfrutarlo», asegura la interior, a la que sólo Estados Unidos separó del título mundial Sub 17.

Confirmación

Un año después de obtener la plata en el Mundial Sub 19, Delgado, Zanoguera (ambas con cinco medallas) y María España. En el caso de la nueva jugadora del Cadí, Marina recuerda que «no ha sido un camino fácil, pues en los cruces hemos sufrido», y destaca «la calidad y la evolución de las rivales, algo que hemos tenido que tener en cuenta», a la vez que la ex del Celta se siente «muy orgullosa» de formar parte de un grupo que ha hecho historia para el baloncesto femenino español, en el caso de la escolta, con tres títulos continentales (Sub 16, 18 y 20) y dos platas.

Para Inma Zanoguera, el Europeo Sub 20 ha servido «de buena pretemporada» de cara a su regreso a Estados Unidos (estudia y juega en la Universidad de Toledo). La alero confesaba que el camino al oro «no ha sido nada fácil, más cuando tuvimos problemas físicos, pero el nivel de las demás selecciones era alto y eso da más valor al título», asegura una de las grandes esperanzas del deporte de la canasta femenino en nuestro país, para quien «esta medalla es la recompensa a todo un verano de trabajo y a la ilusión de un equipo, que durante los últimos años ha estado siempre arriba».

Por su parte, María España, a expensas de concretar su futuro tras la renuncia del Sóller, disfruta feliz de un oro que tiene sabor especial, pues ella fue de las más afectadas por los problemas estomacales que castigaron a varios equipos. «Esto es algo muy grande, creo que hemos hecho méritos ante adversarios de mucha calidad y ahora hay que disfrutarlo», aseguraba la alero.