El base del Real Madrid Sergio Llull (i) controla el balón ante el ala-pívot del DKV Juventut Jordi Trias. | Efe

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Real Madrid 78

DKV Joventut 60


Real Madrid (13+20+24+21)
: Prigioni (0), Llull (13), Suárez (6), Reyes (8), Tomic (13) -quinteto inicial- Mirotic (11), Fischer (10), Tucker (9), Sergio Rodríguez (2), Begic (5), Vidal (1)

DKV Joventut (16+15+16+13): Robinson (9), Hosley (7), Tomás (7), Trías (2), McDonald (14) -quinteto inicial- Jelinek (15), Franch (2), Flis (4) y Todorovic (0).

Àrbitros: Redondo, Cortes y Pérez Niz.


El Real Madrid superó (78-60), de momento, «la crisis Ettore Messina», su anterior técnico, con una victoria sobre un peleón y bravo DKV Joventut, que nunca dio su brazo a torcer.

Menos de 48 después del partido de la Euroliga contra el Montepaschi Siena que precipitó la dimisión de Messina, los jugadores blancos regresaron al lugar de los hechos, la Caja Mágica, donde se encontraron con la bronca de sus seguidores.

A 24 horas de la dimisión del italiano, los blancos se olvidaron de su anterior técnico.

Los madridistas superaron un mal comienzo para meterse poco a poco en el partido y terminar ganando, gracias a su mayor plantilla, su dominio del rebote y su acierto ante el aro contrario.

Emanuele Molin, ayudante y sustituto de Messina, comenzó con un triunfo que le da tranquilidad para trabajar tal y como estaba el panorama antes del encuentro.

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Jelinek y McDonald destacaron en el DKV y Fischer y Mirotic en los locales.

Los jugadores del Madrid fueron recibidos con abucheos y unos seguidores pidieron en una pancarta «Recuperemos los ojos del tigre». Otros, directamente, se marcharon durante el primer periodo y el técnico rival, el que llevó a España a ser campeona del mundo en 2006 y criado deportivamente en el Estudiantes, Pepu Hernández, fue silbado.

Hernández es uno de los nombres que se han barajado para ocupar el banquillo local.

La casta y la calidad de Carlos Suárez condujeron al Madrid a reducir, paso a paso y hasta dejarlo en tres puntos, un primer parcial en contra de 2-11 a los cuatro minutos, que había llevado a la «Penya» a mandar de inicio en el partido con McDonald, Tomás y Flis al frente.

Tomic sumó 5 puntos consecutivos y empató a 20 en el minuto 14, aunque los «pequeños» del Joventut y Trías seguían haciendo daño a la defensa madridista y no dejaban que sus rivales se despegaran en el marcador.

Además, los de Badalona encontraban en el nerviosismo local un aliado que compensaba las diferencias de banquillo. Aún así, el Madrid empezó a dominar el rebote, sobre todo en la zona contraria, y llegó por delante (33-31) al descanso, tras una buena asistencia de Prigioni a Begic, que adelantaba a los blancos en la penúltima jugada de la primera parte.

Begic sumó cinco puntos y nueve de valoración en los casi cuatro minutos que estuvo en la pista en el segundo cuarto.

El ataque del Madrid, dirigido por Prigioni, funcionó en la reanudación. Y supo encontrar a Llull libre de marca para que anotara dos triples consecutivos que culminaron un parcial de 12-2 para los blancos en menos de tres minutos (44-33).

El Jonventut, con McDonald y Hosley al frente, dio la réplica como pudo y recortó hasta ponerse a siete (54-41). Molin dio entrada al jugador menos utilizado por Messina, Vidal, convertido por la afición local en un símbolo reivindicativo de no se sabe muy bien qué.

Los locales volvieron a apretar para llegar nueve arriba a la última pausa (56-47) tras un parcial de 24-16.

Entonces apareció Jelinek con siete puntos consecutivos para dar esperanzas a los visitantes y poner al DKV a seis (63-57), a cinco minutos para el final. Pero dos triples consecutivos, de Llull y Suárez, devolvieron la máxima diferencia, doce, a los blancos en el 36 (69-57). Una distancia ya insalvable para el incansable Joventut.