El jugador de Trail Blazers Rudy Fernandez recibe instrucciones del técnico Nate McMillan. | Efe

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Rudy Fernández se ha convertido en objeto de deseo de los dos grandes del baloncesto español. Al interés manifiesto de Florentino Pérez por incorporar al escolta mallorquín al futuro proyecto del Real Madrid, como el 'galáctico' del equipo de Messina y el jugador mejor pagado del continente, en las últimas horas ha trascendido el peso que ha adquirido otro de los postores.
No en vano, la posibilidad de regresar a España, y no irse muy lejos de su residencia habitual (Badalona) es tentadora. Por ello, Sandro Rosell, aspirante a la presidencia del Fútbol Club Barcelona, quiere que Rudy sea el emblema de su proyecto y el icono de la sección de baloncesto del club azulgrana.
Las dificultades para la salida del exterior mallorquín de la NBA pueden ser un hándicap añadido, pues la compensación económica y la mejora de su salario será ostensible si se confirma su regreso a la ACB. La posibilidad de renunciar a la NBA es el último extremo, con las consecuencias que acarrearía su marcha voluntaria, pues tiene contrato con los Blazers.
La maquinaria encestadora de los Suns de Phoenix volvió a tener al escolta Jason Richardson como la gran figura que anotó 42 puntos para guiarlos a un triunfo fácil de 89-108 frente a los Trail Blazers de Portland en el tercer partido de la eliminatoria, que dominan por 2-1.
Rudy, que puso la incertidumbre en la recta final del encuentro al anotar tres triples consecutivos, que dejaron el marcador en un 80-91, jugó 22 minutos para anotar 4 de 8 tiros de campo, que fueron todas canastas de triples en siete intentos, no fue a línea de personal, dio una asistencia, capturó un rebote y recuperó un balón.