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El último tren para el 'playoff' pasa esta noche (21 horas) por el Palau d'Esports de Inca. En la más que presumible despedida del curso ante su hinchada, el Bàsquet Mallorca persigue una cuarta victoria consecutiva -tras las conseguidas ante ViveMenorca, La Laguna y León- que permita a los de Xavi Sastre apurar sus opciones de acabar entre los nueve mejores. Para ello, los isleños precisan de sendos triunfos ante Melilla y Burgos -segundo y tercero-, además de una doble derrota de La Palma y otra del Sant Josep de Girona.
Un Melilla que ha mostrado su malestar por no disponer de pista para entrenar cuando solicitó aterriza con la mirada puesta en Zaragoza. A la misma hora, el CAI de Abós y Villar puede dejar sentenciado el retorno a la ACB ante el Girona, y relegar al Melilla al segundo puesto, pase lo que pase en Inca. Eso sí, el campeón de la Copa Príncipe deberá exigirse el máximo ante un equipo venido a más tras el derbi.
En el reencuentro de los hermanos Riera -Joan y Sergio- y el cuñado de ambos -Bonds-, el precedente de la ida (104-72) y el potencial norteafricano invita a ser cautos. Gonzalo García de Vitoria recupera a Starosta para agotar el último cartucho que permita seguir soñando con la ACB hasta la última jornada.
Dificultad
Xavi Sastre sabe que el partido ante el Melilla es todo un reto, pero la tranquilidad de la permanencia y las necesidades del rival juegan a favor de los naranjas. «Ellos son los favoritos, han realizado una temporada ejemplar, pero si jugamos como en los tres últimos partidos vamos a tener opciones», decía el técnico balear, que define como «muy complicada» la opción del 'playoff'.
El balance del curso, deportivamente, resulta positivo para Sastre, quien no esconde que «hemos practicado un baloncesto alegre y rápido, basado en el tiro exterior y nos ha ido muy bien. Creo que hay pocos equipos que hayan elaborado un baloncesto tan vistoso para el aficionado», aseguró.
El preparador mallorquín dispondrá de todo su arsenal, con Riera, Blanch, Green y Biviá en el perímetro como grandes amenazas, uniendo el buen trabajo defensivo de Pampín y las prestaciones en la pintura de Alzamora y Amador como armas para detener a uno de los grandes.