Tato aún no ha podido hacer que el equipo puntúe.

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El Atlètic Baleares lleva viviendo en el alambre varias jornadas, pero cada vez éste es más fino y cada jornada que pasa hay más posibilidades de que se rompa y el equipo acabe en el fondo del precipicio. El conjunto blanquiazul acumula cuatro derrotas seguidas; no gana en el Estadi Balear desde el 6 de noviembre y su última victoria fue ante el Nàstic de Tarragona el pasado 8 de enero en el estreno de Onésimo Sánchez en el banquillo.

El futuro inmediato de los de Tato pasa por los campos del Numancia y el Intercity. Los sorianos ocupan el octavo lugar de la tabla a cuatro puntos del Murcia, quinto, y que marca la última plaza de los play offs. En el siguiente encuentro, el 12 de marzo, el ATB viajará hasta Alicante para medirse al Intercity, instalado esta semana en la posición undécima, con seis puntos de ventaja respecto al Baleares, por lo que podría resultar un encuentro aún más trascendental que el anterior.

El regreso al Estadi Balear no se producirá hasta el próximo 19 de marzo, cuando el Osasuna Promesas, noveno en la tabla con 35 puntos, ponga a prueba el momento de forma de los de Tato y en la jornada siguiente recibirá a otro filial, el Athletic B, penúltimo estos momentos en la clasificación.
El encuentro contra el conjunto vasco coincidirá con la entrada en los últimos diez encuentros de la competición, donde se deciden los campeonatos.

Antecedente

No es la primera ocasión en la que el Atlètic Baleares se encuentra en una situación tan complicada. En la jornada 25 de la campaña 2017/18, la misma en la que se encuentra ahora el Grupo II de la 1ª RFEF, se estrenaba en el banquillo Manix Mandiola sustituyendo a Horacio Melgarejo, cuando el equipo figuraba en el puesto 18 con 23 puntos, a cuatro del Olot, que ocupaba puesto de promoción, y a cinco del Perelada, que marcaba la salvación. Este año no hay promoción y bajan de forma directa los últimos cinco clasificados.

No fueron en principio bien las cosas para el entrenador armero porque seis jornadas después, en la jornada 31, el equipo era penúltimo y la salvación se había alejado hasta los ocho puntos. Sin embargo, finalmente el equipo se salvó con cinco victorias en los últimos siete partidos de campeonato.

Algo parecido tendrá que hacer el Atlètic Baleares esta temporada si quiere mantener la categoría. Precisamente Mandiola vio el domingo la derrota del conjunto blanquiazul frente al Amorebieta y se desataron los rumores, pero sin fundamento, ya que esta temporada entrenó al Olot, conjunto del Grupo III de la Segunda RFEF, del que fue destituido en la jornada décima tras dos victorias, dos empates y seis derrotas y ya no puede entrenar hasta la temporada que viene. Además, su relación con la cúpula del club no parece que sea la más idónea para pensar que en un futuro pueda regresar.