Damián Petcoff, ex del Valencia Mestalla, es uno de los líderes del ATB. | Teresa Ayuga

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Apura un plátano tras el entrenamiento mientras se dispone a disfrutar de una de sus pasiones. «Un día sin mate es un día perdido», dice Damián Petcoff (Buenos Aires, Argentina,  24-5-1990) antes de analizar la histórica eliminatoria de Copa del Atlético Baleares frente al Valencia. Un medio con denominación de origen argentina en lo futbolístico y lo personal con un discurso que destila entusiamo por el fútbol y le erige en una de las voces con más peso del Atlètic, de esas que manda sobre el verde y se respeta en la caseta.

¿Cómo es la preparación de un partido de Copa en fin de semana?
—No venimos compitiendo en fin de semana, pero estamos en una buena dinámica y mantenemos la felicidad y la alegría de haber ganado a dos equipos de Primera a pesar de los inconvenientes.

¿Cómo valora su llegada al ATB?
—Llegué tras una sensación agridulce de jugar en Segunda pero no cumplir el objetivo y venir aquí era para borrar todo lo malo. Sabía que venía a un club con aspiraciones altas y siempre me gustó esa exigencia porque creo que es buena para el futbolista.

¿Qué ha aprendido del sentimiento balearico?
—Conozco desde hace tiempo al ATB y en su historia reciente nunca tuvo finales felices. Es la sensación de que llevan años quedándose a las puertas y siguen animando e ilusionándose. He aprendido que el balearico tiene el empuje para no caer y que si lo hace, se levanta. Es una afición que te demuestra que si corremos, metemos el pie y competimos siempre va a estar ahí.

En otros momentos la Copa puede molestar, pero entiendo que ahora se ha generado una gran ilusión.
—Para los equipos de abajo es complicada porque no hay plantillas para atender muchas competiciones, pero una vez que pasas y te ves capaz de seguir avanzando claro que ilusiona. Tuvimos la suerte de eliminar a dos rivales de Primera. No sólo puedes hablar de mala suerte cuando pierdes, también tienes suerte cuando ganas y tienes que buscarla como hicimos nosotros. Hace falta eso y detalles. Para nosotros es complicado llegar al nivel de calidad del Valencia, pero a ganas son ellos los que tienen que igualar.

¿Un jugador sale con ciertos complejos en estos partidos?
—No. Tenemos respeto, pero yo sólo miro al rival y veo a un jugador que tuvo un camino diferente. El que viene de una categoría de más abajo tiene ese día para demostrar que se equivocaron con él y pensar ‘hoy, por lo menos, tengo la oportunidad de ser un jugador de Primera y lo voy a demostrar, si juego y compito como ellos es que estoy al nivel’.

Desde el respeto a los anteriores rivales el Valencia es otro nivel...
—Históricamente todos sabemos lo que es el Valencia y ahora está empezando a hacerse fuerte en lo futbolístico otra vez. Lo sitúo a la altura del Celta, que para mí es uno de los seis mejores equipos de la liga. Es parecido por el potencial de la plantilla pero vendrá sabiendo que competimos y que ya pasamos dos rondas contra Primeras. Me gusta mucho su entrenador (José Bordalás). La gente cree que es defensivo pero controla todos los registros.

¿En qué porcentaje ve la eliminatoria del domingo?
—Obviamente está 60 a 40 para ellos, pero sé que con nuestra gente nos vamos a poner al 50%. Sabemos quién viene y no vamos a despreciar nadie, pero tampoco le vamos a tener miedo.

¿Por dónde pasan sus posibilidades de éxito?
—Tenemos que ser como habitualmente somos nosotros en casa. Hay que ser muy intensos y tratar de que jueguen lo menos posible, que noten nuestra presencia y que somos pesados. Nunca tenemos que perderle la cara al partido y tener tranquilidad con la pelota, que vean que podemos manejar el partido a nuestro ritmo. Nos van a exigir defender juntos y fuertes, pero también tenemos que marcar el ritmo con la pelota para descansar.    Hay que controlar muchas cosas, pero tenemos que salir a disfrutar compitiendo.

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Imagen del centrocampista del Atlètic Baleares Damián Petcoff en las gradas del Estadi Balear.

Apasionado del mate y la psicología

—¿Qué música escucha?
—Cumbia y Romeo Santos.

—¿Qué series sigue?
—’La casa de papel’ y una argentina que es ‘El Marginal’.

—Un libro.
—Ahora estoy con ’Diferente’, pero siempre leo cosas de psicología deportiva. Soy muy seguidor de Patricia Ramírez desde que la conocí en el Betis. Me gustaría formarme en este campo y seguir en el mundo del fútbol.

—Una comida.
—El asado y milanesa napolitana.

—¿Una receta con la que se luce?
—Preparar el asado se me da bien. En muchos clubes encontré compañeros que no sabían cómo era en lo futbolístico pero todos tenían referencias de que conmigo iban a comer muy bien (risas).

—Un restaurante de Mallorca.
—La Vieja y Japo.

—¿Qué no puede faltar en casa?
—El mate. Puedo estar dos días sin comer, pero si un día no tomo mate me siento raro.

—¿Con qué jugador alucinó?
—Rubén Castro.

—¿En qué campo sufrió más?
—En el del Cádiz.

—¿Y en cuál disfrutó como nunca?
—Muchos, pero en Las Gaunas en la eliminatoria Logroñés-Badajoz.